Opinión pública y opinión del país; presión y “bulto” mediático

Opinión pública y opinión del país; presión y “bulto” mediático

Opinión pública y opinión del país; presión y “bulto” mediático

Carlos Rodríguez

Pese a que el concepto opinión del país no figura en los textos de comunicación como categoría o materia de investigación, lo acontecido con el tema de la Sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional (TC) da pie a que alguien se interese por el tema.

Acontece que tan pronto se dio a conocer la STC-168-13 evacuada el 23 de septiembre de 2013 comenzó en el país un gran debate que generó corrientes de opiniones favorables (80%, según las primeras encuestas) y contrarias (20%, conforme a los resultados publicados).

A decir verdad, cual si fueran misiles de alto poder destructivo, de un lado y del otro se han lanzado los calificativos más despectivos con la orientación de “descalificar” al contrario. De ese modo se han declarado una guerra propagandística cuyas armas son las imputaciones e interpretaciones de cada quien, tratando de llevar confusión a la ciudadanía, con lo que ponen en evidencia cuanta verdad encierra la famosa afirmación del corresponsal neozelandés especialista en cobertura de guerras, Peter Arnett: “La primera gran víctima de la guerra es la verdad”.

Es en ese temperamento que voceros defensores de la sentencia sostienen la acusación a quienes la adversan como “traidores a la patria”, “pro-haitianos” o “agentes pagados” de organizaciones no gubernamentales que sostienen económicamente donaciones provenientes de organismos internacionales y gobiernos cuyo propósito es unificar los dos países que co-habitan la isla. Esta posición es la que ha logrado sumarse mayor respaldo en la población.

Mientras, al parecer, lejos de surtir los efectos esperados de variar convenientemente la relación de apoyo-rechazo, con su estrategia de descalificación contra los defensores de la sentencia mediante adjetivaciones que van desde “parias del Caribe”, “ultranacionalistas” “fascistas”, “racistas”, “anti haitianos” hasta “genocidas civiles”, sus opositores han provocado un afecto inverso o boomerang, pues de manera paulatina y consistente se ha producido un aumentado de los niveles de acogida de la gente a la disposición judicial, al punto de llegar en estos momentos a 93% de apoyo mientras la aversión ha bajado a sólo 7%. Este aumento sostenido del apoyo público viene a conformar la opinión del país.

La presión al gobierno; el “bulto” mediático internacional y local

En tanto, este martes, al terminar una de las visitas de consultas que realiza al liderazgo político nacional, para referirse a las denuncias de la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) sobre supuestas violaciones de los derechos de personas de origen haitiano que presuntamente se comenten en la República Dominicana, según la prensa y periódicos de Internet, el presidente Danilo Medina reveló lo siguiente:

“Ellos han hecho comentarios, pero no han enviado ningún expediente de cuáles son las violaciones y en qué consisten las violaciones. Nosotros no tenemos ningún documento de la Comisión Internacional de los Derechos Humanos. Ellos vinieron aquí y dijeron que iban a hacer un reporte, el reporte no lo hemos recibido, por lo menos yo no lo he visto, si lo tienen no lo he visto”, “dijo”.

Con la siguiente expresión, “Medina reconoció que hay mucha presión internacional y que se ve todos los días, porque hay gente a favor y en contra de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional dominicano”. Y sobre la reunión de la CIDH en Washington agregó:

“Bueno, hay presión internacional, (sic*) ustedes lo ven todos los días, (sic**) mucha gente está de acuerdo con lo que dispone la sentencia (sic***) otras no están de acuerdo, pero el problema de nosotros no es la presión, el problema de nosotros es la propia convicción; y eso es lo que estoy buscando con el liderazgo del país”

Este miércoles los diarios impresos y de Internet recogieron las mismas declaraciones, con titulares casi similares, pero no han advertido que lo revelado por el Presidente Medina tiene una lectura clara, obligada: los movimientos de la CIDH y sus cajas de resonancia o expresión mediática locales constituyen un “bulto” en el propósito de erigir un cerco de presión internacional contra el Estado dominicano.

Toda esta estrategia es en la dirección de lograr una amnistía general que otorgue la nacionalidad a todas las personas de origen haitiano que “residen” en el país, ellos no han cejado un ápice así sea, tratando de “colar” un proyecto que obvie todos los requisitos legales y constitucionales vigentes; o así sea sobre la base de una construcción virtual de opinión pública.

Pero al mismo tiempo las declaraciones del Presidente Medina podrían estar colocando al país en la antesala de la fijación de una posición definitiva del Gobierno sobre un tema que ya cursa su sexto mes sobre el tapete, distrayendo al propio Gobierno de sus metas estratégicas, entre las que figuran el abordaje a fondo de la reforma del modelo educativo, solución a la crisis energética, la seguridad ciudadana y el empleo.



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