Odebrecht y las brujas de Salem

Odebrecht y las brujas de Salem

Odebrecht y las brujas de Salem

Carlos Salcedo.

Por el caso de los sobornos de Odebrecht se ha desatado un positivo movimiento que busca que el sistema de justicia investigue, detecte, persiga, acuse y reprima a los responsables de haber recibido los sobornos delatados.

Por la trascendencia y el manejo atolondrado del proceso por parte de la Procuraduría General de la República (PGR) y porque la gente está ahíta de tanta corrupción sin sanción, hay manifestaciones de rabia, indignación y reclamos para poner fin a la impunidad.

Políticos, funcionarios, exfuncionarios y empresarios se vinculan a tan deleznables comportamientos. A mayor atropellamiento y gestión política del proceso, mayores cuestionamientos, crispación de la gente y corrida de bolas sobre los implicados, con el consecuente perjuicio para quienes no tengan responsabilidad.

Todos y de todos los gobiernos, sin excepción, deben ser investigados, pero el proceso debe convertirse en un instrumento al servicio de la eficiencia en la investigación, para determinar, tanto quienes son los sobornados y los que no lo son, como de las garantías debidas a los investigados.

La PGR no puede hacer del proceso una cacería de brujas, como lo hizo en su tiempo el senador norteamericano McCarthy con sus declaraciones, denuncias, acusaciones infundadas, interrogatorios, procesos irregulares y listas negras contra personas sospechosas de ser comunistas, sindicando injustamente, en el caso Odebrecht, a oponentes políticos internos del PLD y del gobierno, como externos a estos, lo que igualmente deslegitimaría el proceso y lo transformaría en un proceso injusto.

Aquí no pueden caber los métodos irregulares e indiscriminados de McCarthy, pues Miller escribiría nuevamente su obra Las brujas de Salem y ello delataría una actuación contraria a los principios de objetividad y responsabilidad que deben guiar al ministerio público en las labores de investigación, con lo que se deslegitimaría el proceso, con el peligro de caer por sus debilidades, sin contar con los respaldos judiciales ya probados.

El Papa Francisco ha dicho muchas veces que quienes tienen una posición social destacada, líderes empresariales y políticos, tienen una mayor responsabilidad con su familia y su comunidad.

Sus decisiones por lo general no solo los afectan a ellos sino también que sus malas decisiones afectan a muchos. Es la hora de la verdad, pero de toda la verdad.



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