Obama busca un acuerdo con Irán que defina su legado en política exterior

Obama busca un acuerdo con Irán que defina su legado en política exterior

Obama busca un acuerdo con Irán que defina su legado en política exterior

Washington.- El presidente de EEUU, Barack Obama, sigue atentamente este fin de semana las conversaciones a contrarreloj entre seis potencias e Irán en Lausana (Suiza), consciente de que un acuerdo sobre el programa nuclear iraní puede convertirse en la piedra angular de su legado en política exterior.

Según la Casa Blanca, Obama recibe actualizaciones “al menos diarias” sobre la recta final de conversaciones entre Irán y el Grupo 5+1 (EEUU, China, Francia, el Reino Unido y Rusia más Alemania), que han intensificado sus contactos con el fin de alcanzar un acuerdo marco antes del próximo martes 31.

“Esto es una prioridad para él”, dijo este viernes a los periodistas el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.   Después de admitir que no habrá un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos durante su mandato, un pacto con Irán puede suponer el principal logro de Obama en política exterior, incluso por encima de su histórico acercamiento a Cuba, según varios expertos.

“Un acuerdo nuclear con Irán sería el legado más importante en política exterior de la Administración de Obama. Sería, además, el acuerdo más importante de no proliferación negociado por ningún presidente (de EEUU) en décadas”, dijo a Efe Robin Wright, experta en Irán en el centro de estudios Wilson Center.

Un acuerdo marcaría “el fin de 36 años de tensiones entre Washington y Teherán”, que rompieron sus relaciones diplomáticas tras la crisis de los rehenes de 1979 en Irán, recordó la experta.

No obstante, si las potencias y Teherán llegan a un acuerdo marco en Lausana y finalmente a un pacto definitivo el próximo junio, no es realista esperar de inmediato “grandes avances” en las relaciones entre Estados Unidos e Irán, de acuerdo con Wright.

“En Teherán, el sector de línea dura querrá asegurarse de que no hay ningún acercamiento rápido (con Estados Unidos) que pueda socavar la ideología revolucionaria”, resumió.

Wright ha entrevistado dos veces en el último año al ministro de Exteriores de Irán, Mohamed Yavad Zarif, y éste “ha sugerido” que, si el presidente iraní, Hasán Rohaní, permanece en el poder hasta 2019, las relaciones con Washington para ese año “podrían parecerse a las que Estados Unidos tiene hoy con Rusia”, afirmó.

En cambio, Anthony Cordesman, que estudia las negociaciones desde el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington, cree que, “sin un cambio fundamental en la política de Irán, incluso el acuerdo nuclear más exitoso no va a llevar a una verdadera relajación de tensiones” con Estados Unidos.

“Un acuerdo puede ser un preludio útil para mejorar las relaciones políticas y estratégicas en la región, pero por ahora no hay una relación clara entre un pacto (nuclear) y ese tipo de cambio”, escribió este mes Cordesman en un informe del CSIS.

En cualquier caso, un acuerdo disminuiría la suspicacia con la que EEUU mira a Irán, al que acusa desde hace años de desarrollar en secreto un programa nuclear militar y de patrocinar el terrorismo mediante su apoyo al grupo chií libanés Hizbulá, a milicias palestinas en Gaza y a grupos separatistas en Yemen y Baréin.

Precisamente, la recta final de las negociaciones entre el 5+1 e Irán ha coincidido con el inicio de una ofensiva en Yemen de varios países árabes, que acusan a Teherán de apoyar al grupo rebelde chií de los hutíes y cuentan con el apoyo logístico de Estados Unidos.

Sin embargo, tanto EEUU como Irán aseguran que el conflicto en Yemen no ha entorpecido el diálogo que Zarif y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, mantienen esta semana en Lausana.

Wright coincide en que, tras dos años y medio de negociaciones entre Irán y el 5+1, la diplomacia nuclear es lo suficientemente “robusta” como para no dejar que los “desacuerdos” en otros temas interfieran en el objetivo común.

Obama, que el viernes instó a Irán a tomar las “decisiones difíciles” necesarias durante una conversación sobre el tema con la canciller alemana Angela Merkel, tendrá todavía un gran obstáculo pendiente si las potencias llegan a un acuerdo con Teherán.

“Va a tener un reto muy difícil a la hora de convencer al Congreso estadounidense, a Israel y a Arabia Saudí” de que ese acuerdo es la mejor opción posible, pronosticó Wright.

En el Congreso estadounidense, de mayoría republicana, un importante sector se opone a levantar las sanciones a Irán e insiste en que el acuerdo nuclear debería ser un tratado ratificado por el legislativo, algo a lo que el Gobierno de Obama se opone.

Mientras, el Ejecutivo israelí se opone tajantemente al acuerdo que negocian las potencias con Irán, lo que ha debilitado sus relaciones con Obama y fortalecido sus lazos con la oposición republicana, cuyo líder, el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner, visitará este martes Israel.



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