Nutrición posbariátrica ayuda mantener peso ideal luego de cirugía

Nutrición posbariátrica ayuda mantener peso ideal luego de cirugía

Nutrición posbariátrica ayuda mantener peso ideal luego de cirugía

La obesidad es una enfermedad multifactorial compleja, influida por factores genéticos, fisiológicos, metabólicos, celulares y moleculares, así como sociales y culturales.

Esta se caracteriza por un aumento del tejido adiposo, que puede o no estar acompañada de comorbilidades, es decir, enfermedades adicionales que surgen al mantenerse en un sobrepeso severo.

En muchas ocasiones, una de las mejores alternativas para dar solución a esta pérdida de peso a largo plazo es mediante una cirugía bariátrica. La doctora Nidia Saldaña, nutricionista clínica y bariátrica del Cedimat, revela que la incidencia de obesidad en Estados Unidos equivale a un tercio de la población adulta; mientras que en República Dominicana representa un 26.6 % de la población adulta (Efricard II).

Esto explica la importancia de buscar opciones de tratamiento, seguida de una nutrición balanceada para recuperar el bienestar y que este sea permanente en el paciente.

“La cirugía bariátrica, como un procedimiento quirúrgico, modifica la anatomía del tracto gastrointestinal. Su finalidad es conseguir una reducción de peso importante y corrección o mejora del perfil metabólico del paciente”, explica la especialista.

¿Quiénes aplican?

De acuerdo a las guías, aplican para esta cirugía los pacientes con IMC=40 kg/m² sin ninguna morbilidad, pacientes con IMC=35 Kg/m² y una comorbilidad asociada a la obesidad; o pacientes con IMC 30-34.9 kg/m² con diabetes tipo II de difícil control o síndrome Metabólico.

La doctora Saldaña destaca que durante el primer año de post cirugía, el paciente bariátrico debe llevar un seguimiento nutricional cercano, no sólo para asegurar una pérdida de peso adecuada, sino también para garantizar la suplementación de micronutrientes y vitaminas, que por consecuencia a la limitada y restringida dieta, no logra suplir.

“Las deficiencias nutricionales en estos pacientes pueden suceder por dos razones básicas:
1. Asociadas a la modificación del tracto gastrointestinal y 2. Pobre apego del paciente al tratamiento.

La experta continúa explicando que generalmente esto ocurre a partir del primer año, ya sea por seguimientos nutricionales muy espaciados, descuido del paciente o abandono del tratamiento.

Dentro de las deficiencias más comunes están: hierro, vitamina B12, ácido fólico, calcio, vitamina D y proteínas.

La alimentación y régimen dietético pos quirúrgico está divido en varias etapas; el curso y la progresión de esta dependerá de la tolerancia del paciente, su disciplina y apego a las instrucciones dadas por el equipo de nutrición.

Fases de alimentación

La doctora Saldaña explica que la primera fase alimentaria es líquida, la cual abarca las dos primeras semanas de pos quirúrgico. Su objetivo es proteger las suturas de cambios bruscos de presión que puedan provocar una fuga. En este momento también, se debe iniciar el uso de un multivitamínico masticable.

“Luego se pasa a la fase de semisólidos, que transcurrirá desde la tercera hasta la quinta semana. En esta irá induciendo al paciente al uso de lácteos, carnes y vegetales cocidos a tolerancia”, añade.

En la tercera fase alimentaria, que cursa a partir de la sexta semana de cirugía, se permite ingerir carnes más magras, vegetales crudos y algunos carbohidratos en pequeñas porciones.

Vigilancia entrenada

Durante todo el proceso es vital la vigilancia de un personal entrenado y capacitado, para la orientación y progreso del paciente hacia el objetivo final de una pérdida de peso consistente.

Para conservar la cirugía a largo plazo

1. Aprender a alimentarse, priorizando los alimentos proteicos y vegetales.

2. Aprender cuando se está lleno, Y no hacer el intento de sobrepasar la capacidad gástrica.
3. No mezclar alimentos sólidos y líquidos.

4. Evitar el uso frecuente de comidas o bebidas cargadas de calorías (helados, alcohol, jugos y refrescos).
5. Hacer ejercicios por lo menos 3 veces por semana, por espacio de una hora.

6. Hacer 4-5 comidas al día de porciones pequeñas.

7. Masticar bien los alimentos y no tener distracciones al momento de ingerir alimentos sólidos.



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