Nuevo liderazgo político

Nuevo liderazgo político

Nuevo liderazgo político

La reciente encuesta de Barómetro de Las Américas, la cual incluye la «Cultura política de la democracia en la República Dominicana, 2012» nos trae la información de que los partidos políticos son las instituciones menos creíbles en la Rep. Dominicana, lo cual es fruto de la desmedida demagogia predicada por políticos deliberadamente mentirosos, su probada incompetencia ante los problemas estructurales nacionales, el oportunismo de muchos dirigentes políticos que sólo buscan ventajas personales, y el visible abismal distanciamiento que existe entre los principales partidos políticos y las necesidades básicas de una sociedad dominicana, que, aunque tiene grandes riquezas naturales, sigue siendo mayormente pobre por haber sido mal administrada.

La gente no recuerda haber visto al Partido Reformista, al Partido de la Liberación Dominicana, ni al Partido Revolucionario Dominicano, estar permanentemente preocupados por el creciente desempleo que degenera en delincuencia creciente, por la falta de agua potable que afecta a nuestra gente, por la acelerada contaminación que deteriora el medio ambiente, por la eterna crisis eléctrica, por la corrupción administrativa, por la mala calidad de la educación pública, por los pésimos servicios de salud en la mayoría de hospitales públicos, ni por el contrato estafa que Leonel le firmó a la Barrick Gold, ni por nada que preocupe a la sociedad dominicana.

La gente sí recuerda haber visto, una y otra vez, a esos partidos políticos enfrascados en ácidas disputas internas por el control de la dirección de esos partidos, al extremo de que las divisiones internas, pasadas y presentes, son más que conocidas, pues los líderes políticos dominicanos se preocupan más por lo suyo, que por los suyos.

Hoy nadie entiende cómo es posible que mientras los pensadores renacentistas fueron capaces de entender que en política el que divide al enemigo lo vence, hoy día, en el siglo 21, grandes partidos políticos, como el PRD y el PRSC, se han dejado dividir y diezmar por intereses políticos y económicos externos a sus propios intereses sociales, sin que las bases de esos partidos se hayan estremecido hasta derrotar el divisionismo interesado y el oportunismo mercantilizado.

Y mientras  el PRD y el PRSC duermen, se dividen y se alejan del pueblo, en un lado del PLD el Presidente de la República, Danilo Medina, se empeña en hacer un buen gobierno para lograr asumir el liderazgo político de ese partido y del país, mientras del otro lado el presidente de ese mismo partido en el poder, Leonel Fernández, hace esfuerzos extraordinarios para erosionar las bases no fraguadas del gobierno de Danilo Medina, y así allanar el camino para promoverse y retornar al poder en el 2016, pues si Danilo fracasa en su gestión 2012-2016, y el PRD y el PRSC siguen divididos y minimizados, Leonel tendría  su regreso asegurado, ya sea como candidato del PLD, o como candidato del PRSC, o de ambos partidos a la vez.

Por eso no es de extrañar que importantes sectores del PRD ya estén pidiendo que para el próximo proceso electoral del 2016 se busque a un candidato extra partido que pueda aglutinar todas esas fuerzas revolucionarias deseosas de sentirse en su gobierno;  pero igual situación se da a lo interno del PRSC, ya que mientras algunos pesimistas reformistas piden que Leonel Fernández sea el candidato del hoy minimizado partido político fundado por Joaquín Balaguer, los verdaderos reformistas quieren a uno de los suyos dirigiendo correctamente los destinos del país.

Y es ahí donde los partidos emergentes, como el Moda, que en el pasado proceso electoral obtuvo muy buena votación en apoyo al PRD y a Hipólito Mejía,  deben y tienen que empezar a construir una nueva propuesta política seria, conceptual y estructural, con un candidato aceptado por las fuerzas políticas conservadoras, suficientemente capaz de devolverle la confianza a una sociedad que está tan desesperanzada que estaría dispuesta a dar su apoyo irrestricto a un nuevo liderazgo político diferente, porque los últimos años de gobierno de Leonel han sido un gran fracaso económico, social y político, y una gran frustración para el empresariado y para la mayor parte de la población.

El Moda, como partido emergente no contaminado por el clientelismo, ni salpicado por la corrupción, ni azotado por la división, y con muy buenas relaciones en el PRD y en el PRSC, tiene el compromiso de comenzar a articular los sectores conservadores perredeistas y reformistas, así como a los sectores emergentes, progresistas e independientes, que entienden que ya es tiempo de producir transformaciones profundas que mejoren las condiciones de vida en el seno de la sociedad dominicana.

El pueblo dominicano quiere un nuevo liderazgo político de probada capacidad profesional, y ese nuevo liderazgo debe comenzar a proyectarse desde ya.

Si el Moda  y los verdaderos perredeistas y verdaderos reformistas son capaces de ponerse de acuerdo desde ya, en una candidatura presidencial, nueva y totalmente diferente, de seguro que van a recibir el respaldo mayoritario de la gente.



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