Nuestros legisladores y los dominicanos

Nuestros legisladores y los dominicanos

Nuestros legisladores y los dominicanos

Nuestros legisladores hacen las leyes, son ciudadanos privilegiados, los que trabajan, con mucho esfuerzo, son los menos.

Todos cobran sueldos y tienen concesiones que cualquier empleado profesional de la carrera que sea no podrá alcanzar en un año.

Aunque están muy alejados de la realidad que les vio nacer, no olviden sus orígenes, personales y nacionales, la modernidad debe estar a favor de la humanidad.

Las leyes se construyen para regularizar la convivencia humana de las sociedades, a favor del bienestar de los seres humanos y sobre todo, para proteger a los indefensos, a los que necesitan formarse para enfrentar luego los avatares propios de la vida por sí mismos.

Conocen nuestra historia, la realidad de nuestro país, los niveles educativos y culturales de nuestro pueblo, la realidad que vivimos. Son ciudadanos privilegiados, los diputados y senadores de las cámaras legislativas dominicanas, que siempre sus trabajos legislativos sean a favor de la vida y el desarrollo sano de los ciudadanos de la nación dominicana.

Ya se acercan las elecciones y algunos, como muchos otros, buscan perpetuar su curul, pero no olviden que ese pueblo que les regala sus votos son seres humanos que no les piden cuentas y que posiblemente nunca lleguen a tener los sueldos que ustedes ostentan.

Trabajen a favor de la mayoría que necesita de todo, sobre todo educación para disfrutar de la vida que es gratis.

En días pasados hemos celebrado un aniversario de nuestra independencia, los legisladores se vistieron elegantemente para participar en los distintos actos conmemorativos, maravilloso.

Recuerden que la patria, la República Dominicana, está integrada por dominicanos. Ojalá piensen todos, como seres privilegiados, en los otros, dominicanos también, que no tienen su suerte y que votan para que ustedes tengan un curul.

“Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así apagareis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, a los veros libres, felices, independientes y tranquilos”. Juan Pablo Duarte.



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