Nuestro adiós a Hatuey Decamps

Nuestro adiós a Hatuey Decamps

Nuestro adiós a Hatuey Decamps

No hay forma de que podamos despedir a un hombre como Hatuey Decamps Jiménez sin mostrar gratitud. No solo al político, al hombre público, sino también al guerrero que supo batallar en diferentes momentos y frentes, siempre en nombre de una posición y en un tiempo donde las posiciones se defendían con una gran convicción, muchas veces poniendo en riesgo la vida.

En su condición de hombre no solo demostró valor, también como dominicano defendió con ahínco y gallardía nuestra bandera, siempre en nombre de la democracia, en nombre de irrenunciables valores nacionalistas, siempre de frente y muchas veces bajo fuego cruzado.

La bandera, símbolo nacional, reverente ante las circunstancias, tomó posición de duelo y honró al hombre, al político, legislador de verbo y discursos en el gran estrado democrático del país, al hombre de Estado, al hijo de convicciones férreas y cívicas. Hay una parte de nuestra historia que está cruzada con las acciones de él y otros de igual estirpe, a quienes acompañó en el momento de tomar grandes decisiones.

Un clamor nacional, de duelo y deuda lo despide hoy. Misión cumplida. Descanse en paz. Nuestro más sentido pésame a su viuda Dominique Blühdorn e hijos; y de igual forma a todos los miembros de la familia Decamps.



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