¡No al pago de la deuda externa!

¡No al pago de la deuda externa!

¡No al pago de la deuda externa!

La Republica Dominicana tiene una deuda externa que sobrepasa los 20 mil millones de dólares, lo que traducido a capital e intereses  representa más del 40% del presupuesto nacional.  Con un presupuesto tan reducido es casi imposible que el gobierno pueda darle cumplimiento a los reclamos de inversión social en el gasto público que demanda la sociedad dominicana y con los cuales el Presidente de la Republica se comprometió  en su discurso inaugural.

El principal acreedor del país, el FMI,  impone a los países deudores una política económica o “paquete económico” que trae consecuencias funestas  a los gobiernos y pueblos que permiten sus dictados.  

En el año 2000 se estimaba que las políticas fondomonetaristas ocasionaban la muerte de 19 mil niños diario, que sumándole las muertes de adolescentes y adultos ascendería a una cantidad astronómica de muertos por esta causa, que según analistas, superan con creces los muertos en la Segunda Guerra Mundial, incluyendo los del Holocausto hitleriano.

No se puede esperar menos, con una política económica de esa naturaleza, que lleva  hambre y  miseria a los pueblos, con su secuela de desempleo y otros incontables males, como resultado de la  exclusión de todas las variables sociales en el gasto publico.

Por tales motivos, la anhelada inversión social prometida por el primer mandatario de la nación, es contradictoria con el pago de la deuda externa en cualquiera de sus modalidades, ya que reduce el presupuesto de la nación a un 60% y en tales circunstancias no es posible invertir en variables tan imprescindibles y prioritarias  como la educación, la salud, la vivienda, aumento salarial, energía eléctrica, agua potable, etc.

No es necesario profundizar explicando que el pago de la deuda externa es insostenible y por tanto perjudicial para el pueblo dominicano.

Muchos pueden argumentar que con una decisión de esa naturaleza el país perdería su credibilidad crediticia.  Y eso es cierto.  Pero con ese 40%  del presupuesto nacional empleado para el pago de la deuda externa, se puede iniciar el pago de la inmensa deuda social que hay contraída con el pueblo dominicano, particularmente con las clases más empobrecidas de la nación. Además,  el camino estaría abierto para una reforma fiscal integral y sostenible, para continuar dándole solución a los males  seculares que afectan el país.

 

*El autor es secretario general de la Asociación Americana de Juristas (AAJ)



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