Siempre se ha postulado la teoría de que el dominicano, en términos generales, es muy olvidadizo, y que las cosas en este terruño, cuando se les da larga, se olvidan como por arte de magia.

Los que sostienen esa creencia podrían tener mucha razón, si se toma en consideración que han sido muchos los casos, desde crímenes y actos de corrupción horrendos, que la sociedad dominicana echa al saco del olvido al poco tiempo, como si jamás hubiesen sucedido.

Los ejemplos están al por mayor y al detalle, y por eso, los que delinquen o cometen cualquier fechoría, siempre apuestan a que el tiempo se encarga de borrarlo todo.

Sin embargo, es sumamente peligroso a mantener esa apuesta, dado que hay casos que han sucedido en años recientes que bajo ninguna circunstancia pueden ser dejados de lado, como es el caso del desguañangue que se ha producido en el complejo La Barranquita.

Ese caso está en manos de la Procuraduría General de la República, pero como Francisco Domínguez Brito pasó a otra función, y Jaime David Fernández Mirabal, quien sometió el caso a la justicia, está fuera del tren gubernamental, habrá que ver si no lo archivarán.

La Barranquita, segundo complejo deportivo de importancia del país, ha sido despojado por particulares, con la colaboración y patrocinio de autoridades gubernamentales, de gran parte de su patrimonio. ¡Increíble!
Con un nuevo Procurador, y Jaime David fuera del Gobierno, es seguro que los que se han apropiado de gran parte de ese complejo apuestan a lo desmemoriado que somos, y que ese expediente duerma el sueño eterno, como ocurre con muchísimos otros de interés nacional.

Ese complejo debe ser rescatado por las autoridades, por lo que el ministro de Deportes, Danilo Díaz, debe hacer uso de todos los recursos legales para que el procurador Jean Alain Rodríguez siga dándole pa’ lante al expediente.

Estos son los momentos en que la sociedad dominicana necesita creer en sus autoridades y que estas hagan suyo, como lo aseguró el presidente Danilo Medina, de que llevará a cabo en estos cuatro años “un vigoroso programa para fomentar la transparencia, la institucionalidad y la lucha frontal contra la corrupción”.

El rescate de La Barranquita sería un gran paso que agradecería el deporte y la sociedad dominicana en general.
¡Ni un paso atrás!