Cada vez es más notorio que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) ha dejado de ser ese instrumento de lucha por los mejores intereses de los más necesitados.

Pues en esta lucha fratricida que ahora encarnan Miguel Vargas Maldonado e Hipólito Mejía sólo importan los beneficios económicos de uno y otro sector. Ambos están buscando su tajada y qué pena que sea así…

Ninguno de los dos defiende ideales, ninguno de los dos defiende intelectualidad, ninguno de los dos defiende liderazgo porque tienen en común que de esos tres elementos ambos carecen. Pero sí defienden intereses puramente financieros y en eso coinciden plena y abiertamente.

De ahí la imposibilidad de ponerse de acuerdo para convertir al partido en el ente de equilibrio y contrapeso necesario para la gobernabilidad de un país en democracia como se supone el nuestro.

El primer punto que debería tener en cuenta el PRD es hacer oposición firme y real al gobierno, y el segundo tema es ser la vía para solucionar los problemas de los más carenciados si llegara al poder.

Eso me lo hizo entender un perredeísta de esos enfermizos o rabiosos que encontramos en cualquier barrio que asegura que su partido no llegó al poder en las pasadas elecciones por ambos “líderes”.

Así las cosas, Miguel Vargas Maldonado puede aprovechar ahora que el CEN del PRD institucional le ha dado plenos poderes, para hacer cambios y modificar una consigna que ha acompañado esa organización por años.

“¡El PRD unido jamás será vencido!”, puede ser reformado para que en lo adelante el estribillo suene así: “¡El PRD desunido siempre caerá vencido!”.

Y es que los intereses de ambos lados imposibilitan un entendimiento. Pues ya son varias las veces que han estado a punto de un convenio y al final todo vuelve al punto inicial.

El más reciente esfuerzo lo hizo un grupo compuesto por Guido Gómez Mazara, Neney Cabrera, Eligio Jáquez y otros dirigentes pero fue abortado supuestamente del lado de Hipólito Mejía pues de haber dado el visto bueno a lo que se le propondría a Miguel Vargas Maldonado.

Ese documento le fue presentado a Vargas Maldonado y luego de pensarlo y repensarlo a regañadientes aceptó la propuesta, pero cuando los comisionados fueron a buscar la firma de Mejía para cerrar ya había cambiado de parecer. Así de simple. Las razones las sabrá él y su grupo.