Necesidad del Defensor del Pueblo

Necesidad del Defensor del Pueblo

Necesidad del Defensor del Pueblo

Carlos Salcedo.

La Constitución de 2010 consagró la figura del Defensor del Pueblo, otorgándole como función esencial la de contribuir a salvaguardar los derechos fundamentales de las personas cuando sean violados por funcionarios u órganos del Estado, por prestadores de servicios públicos o particulares que afecten intereses colectivos y difusos.

Algunos legisladores abogan por su eliminación, alegando no haber cumplido su cometido y reformas institucionales para optimizar los recursos del Estado.

Con esto revelan desconocer la necesidad de la Defensoría del Pueblo en una sociedad democrática y el papel que ha venido jugando en nuestro país.

Desde su creación hasta su efectiva implementación, con la elección de la Dra. Zoila Medina, como primera defensora del pueblo y sus adjuntos, transcurrieron más de 12 años.

A partir de su instalación la lucha por su institucionalidad y desarrollo ha sido titánica, lo que no ha impedido su notable desempeño y contribución para la protección de los derechos ciudadanos.

Con su trabajo se han reducido las arbitrariedades y se ha ido fortaleciendo y expandiendo más la conciencia en los funcionarios de un servicio público de mejor calidad y sin abusos.

De prosperar la iniciativa legislativa, en una sociedad en la que muchos funcionarios aun cierran o estrellan sus puertas a la ciudadanía o actúan o dejan de actuar conforme a sus funciones, se privaría al dominicano de un tanque de oxígeno cargado de derechos con el que cuenta y se le regatearía el importante y muchas veces silencioso, pero efectivo, trabajo desplegado con tanta entrega por la Dra. Medina, sus adjuntos y su personal de apoyo.

Si el Congreso Nacional busca recortar gastos hay otras instituciones estatales parasitarias y de existencia cuestionable e innecesaria.

Solo en el primer cuatrimestre de 2017 nuestra Defensoría del Pueblo había recibido 340 casos, cerrando el 90 % de las orientaciones solicitadas por la ciudadanía en 90 días y así ha sido su accionar en los años anteriores.

Las estadísticas y reportes de gestión están a la vista de todos.

Eliminar la Defensoría del Pueblo sería ignorar sus logros institucionales y quitarle a la ciudadanía, tan castigada por el autoritarismo y la dejadez de muchas autoridades, uno de los pilares institucionales para la defensa de sus derechos.



Etiquetas