Navidad en La Ensenada

Navidad en La Ensenada

Navidad en La Ensenada

José Mármol

La Navidad es una época especial del año en que, más allá de convicciones, dogmas, creencias, ideologías e hipocresías, y como por efecto de cierta magia generada por la inspiradora persona de Jesús, el espíritu se vuelve más sensible, más solidario, más humano.

Valoro a los “consumidores defectuosos”, según Zygmunt Bauman, que son los que no se suman a los delirios y desmanes del consumismo de la modernidad líquida, el culto desatinado al mercado y el fetichismo fundamentalista de la mercancía.

Admiro a aquellos en quienes la emoción que produce la palabra Navidad se convierte en arrobamiento espiritual y en manifiesta solidaridad con los más necesitados y marginados del progreso; los que nos rodean, y también aquellos a quienes no conocíamos, pero que, con un gesto fraterno, por sencillo o simple que parezca -para ellos será siempre mucho e invaluable- les permitimos que nos devuelvan, en expresión de profunda y sincera gratitud, una sonrisa en la esfera de unos rostros, ya sean infantiles, adultos o envejecientes, que se iluminan de felicidad al sentirse acompañados, reconocidos como personas y, sobre todo, esperanzados en compartir hálitos de fraternidad y alegría.

Mis compañeros de labores del Popular y de la Fundación Popular, Inc., me conmovieron con una celebración navideña que hicieron suya y se esmeraron en llevarla a cabo, cuyos efectos perdurarán en la memoria de más de 70 familias de La Ensenada, Piedra Blanca, provincia Monseñor Nouel.

Allí, a resultas de un esfuerzo conjunto de instituciones públicas como la UERS, CDEE, Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales; no lucrativas como el Programa de Pequeños Subsidios del FNAM, el PNUD, la Federación de Campesinos hacia el? Progreso; y empresarial privada como el Banco Popular Dominicano; además de las familias, que también trabajaron arduamente en la obra, cuentan hoy con energía hidroeléctrica y fotovoltaica, que mejorará y dignificará sus difíciles condiciones de vida, sus recursos para el trabajo productivo, la educación para los niños y su forma de comercializar los productos agrícolas.

Ese es un gesto ejemplar de inversión socialmente responsable, producto de un esfuerzo mancomunado de los tres sectores que rigen la sociedad en estos tiempos de crisis económica, descrédito político e inversión de la escala de valores humanos.

Pero, allí, y por la sensibilidad social del fundador del Popular, don Alejando E. Grullón E.; de su presidente, don Manuel A. Grullón, y sus ejecutivos; la nobleza de los compañeros de trabajo de Relaciones Públicas y Comunicaciones; amigos como Alberto, Noris, Larissa, Julio y Daysi, entre otros, llegó por vez primera la icónica figura de Santa Claus a llevar juguetes a los niños y enseres domésticos a los adultos; y tomando uno de los pinos sembrados por los mismos comunitarios en jornadas conscientes de reforestación, liderados por gente extraordinaria como don Esteban y doña Tita, sin cortarlo ni trasplantarlo, encendimos junto a toda la comunidad su primer árbol de Navidad, en señal de esperanza en un mejor porvenir; y, como hermanos, cenamos en su entorno, logrando una escena de hermosa solidaridad y de amor, como pocas veces puede sentirse y vivirse.

Fuimos a dar algo a nuestros semejantes, y sin embargo, salimos de allí, bajo el manto de la noche y el roce de frescas nubes, habiendo recibido el más preciado y, lamentablemente, el más precario de los actos humanos hoy día: la gratitud; que en la gente humilde de nuestros pueblos remotos se conserva pura.

Feliz Navidad para La Ensenada y sus habitantes, campesinos laboriosos, emprendedores, soñadores. Paz sobre la tierra a las mujeres, niños y hombres de buena voluntad.



Etiquetas