Murió viuda de Guandulito

Jovinita se hizo alegremente célebre en el acordeón y la voz de su marido Dionisio Mejía, Guandulito. A finales de los años cincuenta el nombre de Jovinita sonó en los versos del merengue que, inspirado en ella, compuso Guandulito: Jovinita, yo quisiera amanecer/ Jovinita, aunque sea abajo del aleo/ Jovinita, a ver si por medio de eso/ se me cumplen mis deseos/.

Ese merengue se convirtió en un himno y no había centro de diversión ni programa de música popular donde no sonara. Cuando se inauguró La Guarachita, emisora del empresario disquero Radhamés Aracena, el merengue sonó más aún y el nombre de Jovinita se hizo tan popular que, como en el caso de Juanita Morel, la gente empezó a imaginarse quién era aquella mujer que encantaba tanto a su marido. Tengo tres mujeres/ en la capital/ pero Jovinita/ esa es la oficial.

Como todo pasa en esta vida, pasaron los años, murió Guandulito, sus merengues, incluyendo el dedicado a su amada mujer, dejaron de oirse y el nombre de Jovinita se apagó también. Yo la conocí hace años, por vía del legendario maestro Chichito Villa, acordeonista de la misma época, director del trío Seibano, antiguo tamborero de Guandulito y compadre de Jovinita. Era una mujer esbelta, de ojos azulados, pelo lacio y conversación amena. Esos rasgos se apreciaban a pesar de los años y aun en medio de la precariedad en que vivía.

Jovina Rambalde era su nombre propio. Me contó la historia de su relación con Guandulito, desde que ellos, ella mucho más joven que él, se conocieron allá en los campos higüeyanos. Vivió sus últimos años por El Torito, Villa Mella, a donde llegué un día en compañía del viejo Ca, el famoso tamborero de Tatico Henríquez. Luego, con el dirigente político y funcionario público Luis Acosta Moreta – El Gallo-, quien en otra de sus buenas obras le amuebló la casa a doña Jovina.

El pasado día 12, ya con ochenta y cinco años, Jovinita perdió al fin la batalla que todos perdemos contra la muerte. Esa muerte casi pasó desapercibida. Se dijo apenas que murió la mamá de Marcos Yaroide, quien dice ser cantante cristiano.

Pero mucho más de ahí, debe saberse que murió Jovinita, la viuda de Guandulito, hija del pueblo, que ganó fama a ritmo de merengue, en el canto emocionado de su esposo.