Movernos a nuevas metas

Movernos a nuevas metas

Movernos a nuevas metas

Dilenia Cruz

Hace unos días empecé a sentir hormigas en mis pies. No, no es diabetes, migrañas, esclerosis múltiple, derrame cerebral o cualquier otra enfermedad.

Es la necesidad de moverme. Caminar hacia una nueva meta.
En cada proyecto de nuestras vidas, llega el momento en que empezamos a sentirnos cómodos. La mayoría de las veces es porque aprendimos la dinámica del proceso y lo hacemos de manera automática.

También implica que nuestro aprendizaje se va tornando cada vez mas lento.

Tras un tiempo, sintiéndonos cómodos y adaptados a cada uno de los pasos de esa actividad es cuando mis pies y todo mi organismo empiezan a sentir la necesidad de moverse a nuevas metas que me permitan seguir creciendo.

En la categoría de inmigrante donde ahora me encuentro, voy identificando actividades y labores que afiancen mi aprendizaje y conocimientos del idioma y cuando siento que aprendí lo que debía allí empiezo a buscar nuevos horizontes.

Cuando empecé la tarea de aprender inglés, no fue fácil o divertido, más bien fue frustrante, porque el cerebro tiene su tiempo y su proceso.

Yo quería ser como una computadora a la cual le introduces los datos e inmediatamente tiene los resultados.

En cambio, tuve que aprender a aprender y ahora soy como un adicto que necesita más y más.
Aprender.

Mantener el cerebro aprendiendo y manteniendo los neurotransmisores activos es parte de lo que mantiene a los humanos saludables.

Para lograrlo hay que dejar atrás los temores que nos impiden seguir avanzando.

A veces “si no está roto” hay que “romperlo” como el título de un libro de mercadeo. Sentir miedo es parte de la aventura.

El éxito está justo al otro lado. ¡Cuál es tu meta? A qué le tienes miedo? Empieza.



Etiquetas