Misericordia quiero y no sacrificio, detente en esto

Misericordia quiero y no sacrificio, detente en esto

Misericordia quiero y no sacrificio, detente en esto

Mayra de Peña

Finaliza el mes de noviembre, «Mes de la Familia» y  damos gracias a Dios por ella, pero también ha sido un mes de grandes pérdidas  económicas y de vidas para nuestras familias y la nación. Las lluvias acaecidas en la región norte, nordeste y noroeste de nuestro país han dejado destrucción y tristeza, familias que han perdido sus casas, sus cosechas y con ellos sus sueños y metas, incluyendo parte de sus seres queridos.

Todo evento nos trae una enseñanza, y este no es la excepción. Lo que hemos visto en estos días nos alerta de cuan vulnerable estamos, y cuánto nos falta aprender y concienciar en torno a los efectos de un Cambio Climático que en lo que nos toca nos puede  dar muy duro(estamos dentro de los 10 países que podrían ser más afectados ante los efectos del Cambio Climático) y para el cual debemos estar preparados.

Este evento nos está enseñando la seriedad que reviste el cuidado del medio ambiente, en torno al dragado de los ríos, la deforestación, y también lo necesario que se hace el tener un Plan Estratégico en torno al tema de urbanismo en la trayectoria de los ríos y sobre las posibles consecuencias a la hora de  desaguar nuestras Presas. Ser vigilantes en estos temas es tener corazón de  misericordia.

Tenemos un problema de conocimiento de parte de  los munícipes de esos predios y a nivel general, pero este conocimiento no debe ser a la hora del evento, sino siempre, esto nos haría más resilientes. Tenemos  que saber qué hacer y cómo cuidar de nuestras  familias ante estos fenómenos, es un asunto de esfuerzo mancomunado de gobierno y sociedad civil, no todo se lo podemos dejar al gobierno, nosotros somos los vigilantes de nuestros hijos, pero si no estamos educados en torno al peligro, no podemos proteger a nuestras familias.

Somos un pueblo solidario y lo estamos demostrando, pero quiero ir un poco más allá en torno a lo que Dios quiere de nosotros con el necesitado.  Jesús nos dice, » Misericordia quiero y no sacrificio», te invito a leerlo en mateo cap.12:7 en la Biblia. Cuánta sabiduría encierran estas palabras,  porque la misericordia está fundamentada en el amor y el sacrificio tiene muchos tentáculos, algunos buenos, otros llenos de hipocresía y apariencia.

Tener ojos de misericordia conlleva sacrificio, pero este viene acompañado de amor. Tener ojos de misericordia en lo tocante a nuestro país es prever los daños a futuro.

En lo que nos acomete, es ser vigilantes y que nuestros ríos no sean dragados de forma inescrupulosa, ser implacables en torno a la deforestación; tener misericordia es estar atentos para que no se construyan casas a orillas del río, siendo eficaces ante esta prohibición  y crear otras alternativas, es priorizar nuestros objetivos como país para que haya más equilibrio ante la calidad de vida y que la brecha no sea tan grande entre ricos y pobres; tener ojos de misericordia es aterrizar a nuestra realidad y priorizar ante las necesidades, la vida es pura enseñanza, en la medida que damos, recibimos.

Pidamos  a Dios tener un corazón de misericordia!



Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.