Santo Domingo.-En las sociedades modernas se habla mucho de la violencia intrafamiliar, como si este tema fuera una especie de moda y, principalmente, sobre el maltrato o abuso físico entre las parejas.
¿Pero hasta dónde la sociedad conoce realmente esta problemática?
La interrogante la plantea la doctora Ana Simó, psicóloga y terapeuta, directora del Centro Vida y Familia, quien analiza la violencia de pareja basada en los casos que llegan a su consulta, tanto de hombres como de mujeres.
Estas personas no suelen percatarse de que se encuentran bajo una situación de maltrato o que se han convertido en abusadores. La mayoría de las veces solo se escucha hablar sobre el maltrato físico y no tanto de las diferentes formas de violencia.
La generalidad
Se escuchan las noticias de cuando un marido asesina a su mujer o viceversa -ejemplifica-, también las denuncias a la Policía cuando hay moretones o signos físicos de violencia y, por lo menos en el país, en la mayoría de los casos, solo esta forma de violencia es juzgada.
Se toma poco en cuenta el maltrato emocional, debido a que este se da de una manera más encubierta y más profunda. Es difícil de descifrar, y como no deja marcas visibles que llamen la atención, incluso, muchos terapeutas en el tema no logran detectar la situación a tiempo, indicó.
La especialista explicó que el maltrato emocional se basa en controlar, intimidar, castigar o subyugar a otra persona, utilizando como mecanismo la degradación, la humillación y el miedo; muchas veces utilizando conductas, como estallar puertas, patear la pared, romper los platos o muebles o cualquier otro objeto, manejar a exceso de velocidad o descuidadamente, mientras la víctima está dentro del auto; destruir o intentos de destruir objetos de valor para la víctima, hacer gestos o poner caras hostiles y agresivas.
Los síntomas se dan de forma sutil, en unas parejas es más marcado que en otras, pues no se basa solo en conductas negativas, sino también en actitudes negativas.
Algunos ejemplos son creer que los demás deben hacer las cosas sólo como la persona que abusa quiera, creerse que siempre tiene la razón, deseos de dominar y controlar a su pareja, juzgar y criticar constantemente, pues la persona que abusa vive en una queja constante y nunca está conforme con nada, insulta, desaprueba, grita y pone calificativos a su pareja, como estúpida, loca, la humilla y culpa de sus fracasos.
La más dolorosa
El abuso emocional está considerado como la forma de violencia más dolorosa, destructora de la autoestima, que genera cicatrices difíciles de sanar y mucho más duraderas que las cicatrices físicas.