Santo Domingo.-Ernesto Bienvenido Guevara Díaz (Maconi) ha sido un hombre con suerte, tanto en la Justicia dominicana como en la de Estados Unidos, pues habiendo estado involucrado en varios de los principales casos de narcotráfico del país ha logrado salir ileso y con su fortuna bien librada.

Logró librarse, por insuficiencia de pruebas, de la imputación por complicidad en el tráfico de 950 kilos de cocaína decomisada en el barco “Phoenix”, en Pedernales, cargamento propiedad de Rolando Florián Félix, quien llegó a ganarse el sitial de ser el primer gran capo de la droga conocido en República Dominicana.

Ese barco era dirigido por el entonces joven capitán de barcos Dante Meraldo Féliz.

El inicio de la “suerte”

Florián Félix fue condenado en contumacia en 1996 a 20 años de prisión y Meraldo Félix a 10 años. Guevara Díaz logró que la jueza Miriam Germán Brito lo descargara por insuficiencia de pruebas.

Maconi se mantuvo fuera del radar público, aunque se convirtió en una figura conocida en la agencia antinarcóticos dominicana por su rápido crecimiento.

Florián Félix había sido detenido “accidentalmente” en el verano de 1996 por una unidad policial que aparentemente desconocía que su prisionero era el narcotraficante más buscado del país.

En un principio se creyó que el ascenso de Guevara Díaz se debía a que había heredado parte de las operaciones de su antiguo jefe Florián Félix, pero con el pasar de los años la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) junto a la agencia antinarcóticos dominicano (DEA) descubrieron que este había logrado hacer una nueva alianza con un narcotraficante de bajo perfil y que se había convertido en el hombre de confianza de los remanentes del cartel de Cali, que posteriormente se transformó en el poderoso Cartel del Norte del Valle.

Los radares de la DEA y la DNCD se enfocaron en Ernesto Quirino Paulino Castillo, quien estaba seguro también estaba fuera de foco gracias a sus buenos “amarres” con políticos, militares y organismos de seguridad.

Maconi se convirtió en el lugarteniente de Paulino Castillo y es quien le coordina la mayoría de las grandes operaciones de trasiego de cocaína proveniente de Colombia y que tenía como principal mercado Estados Unidos.

La caída de Quirino

En una operación dirigida por la DEA y ejecutada por la Dirección Nacional de Control de Drogas, varias llamadas entre Maconi y Quirino permitieron la caída en diciembre de 2004 de un cargamento de 1,370 kilos de cocaína propiedad de quien ya en ese momento era el principal narcotraficante dominicano.

Las llamadas interceptadas antes y después de la captura del cargamento no dejaban dudas sobre la relación de Maconi y Quirino, a quien apodaban “el Don” y que había orquestado una amplia estructura de lavado de activos.

La caída de Quirino fue seguida de una inusual negociación con Estados Unidos, lo que le permitió librar también una parte importante de su fortuna que en ese momento se estimaba en más de mil millones de pesos, que toda su familia fuera trasladada a Estados Unidos y el cumplimiento de una pena muy inferior a la que le correspondería.

“Cartel de los sapos”

Quirino cayó en una época en que Estados Unidos empezaba a usar lo que hoy se conoce como “delación premiada”, para derribar las grandes carteles colombiano.

En esos meses también empezaron a caer grandes capos colombianos de los que usaban la ruta del Caribe para sus operaciones ilícitas.

El retirado narcotraficante colombiano posteriormente convertido en escritor, Andrés López López, describió en un libro esas delaciones como un “cartel de los sapos”, refiriéndose a como en su país llaman a los delatores.

Maconi logró mantenerse fuera de prisión, pese a que la Fiscalía del Distrito Nacional le abrió un caso de “lavado de activos” para mantenerlo cerca, pero fue arrestado en febrero de 2009 con fines de extradición en un episodio que nunca fue explicado con claridad por las autoridades de aquella época.

El abogado de Maconi declaró en ese entonces que el día antes de su arresto el representante de la DEA en el país visitó a su cliente en su casa para pedirle que firmara la extradición voluntaria, a lo que este se negó.

Guevara Díaz luchó en los tribunales su negativa a la extradición, pero finalmente en julio de 2009 la Suprema Corte de Justicia la autorizó, en lo que fue la primera sentencia de extradición que no disponía de la incautación de bienes.

El entonces presidente Leonel Fernández emitió el decreto 482-09 ordenando su extradición a Estados Unidos, donde sin embargo Maconi sigue viendo la suerte sonreírle.

El tribunal del Distrito Sur de Nueva York determinó que no podía ser juzgado por los cargos que se le imputaban, ya que por ese mismo caso había enfrentado a la Justicia dominicana, y como nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos, se le descargó.

En ese momento Maconi tenía pendiente otro caso en el Distrito de Puerto Rico por un cargamento de 105 kilos de cocaína y allí entonces se le condenó a seis años, conmuntándole un año por buena conducta y en 2004 fue retornado a República Dominicana.

Incautación.

El Ministerio Público pidió la imposición de oposición de transferencia a los bienes de Guevara Díaz, Dante Meraldo Medina, Dante Wilfredo Medina Ozuna y Carlos Julio Cuesta Félix.

La tripulación.

Las autoridades detuvieron a los doce tripulantes del barco Kaluba, donde fueron encontrados los 1,570 kilos de cocaína el pasado 31 de diciembre.

La vuelta a sus antiguos hábitos

Las autoridades ahora acusan a Ernesto Bienvenido Guevara Díaz (Maconi) de haber vuelto a sus antiguas andanzas y, como en el pasado, llamadas telefónicas que le fueron interceptadas permitieron llegar hasta un cargamento de 1,570 kilos de cocaína que venían escondidas en los tanques inferiores del barco Kaluba, que salió desde Aruba con 300 mil galones de gasoil como carga declarada.

Hasta el momento han sido detenidas 16 personas por el caso, la mayoría de ellos dominicanos oriundos de la Barahona natal de “Maconi” y Rolando Florián Féliz.

Por el caso son investigadas unas 30 personas.