Fue motivo de debate las condiciones en que guardan prisión los imputados por el caso Odebrecht recluidos en la cárcel de Najayo. Se ha dicho que son presos privilegiados porque en sus celdas cuentan con una serie de facilidades que otros presos carecen.

Sin embargo, el país está repleto de presos que tienen en el interior de sus celdas muchas más facilidades que, incluso, las que tenía el narcotraficante Rolando Florián Féliz.

Se trata de presos que tienen aire acondicionado, dos y tres habitaciones, con televisores y telecable en cada una de ellas, teléfono residencial, celulares, Internet, videojuegos, estufas, neveras, hornos, vajillas, cortinas, cuadros y muchas otras cosas más.

Eche una mirada por las zonas residenciales del país y se dará cuenta de que las familias viven temerosas, encerradas, con rejas, guardianes, control de accesos, alarmas y perros guardianes.

Las familias empiezan a sentirse prisioneras de la delincuencia y el temor que ella genera.

Viven presos de la delincuencia, encerrados con esos «privilegios» que, dicho sea de paso, en cualquier momento un ladrón entra al hogar convertido en celda y se lleva sus propiedades y en algunos casos hasta la propia vida.