Mientras los economistas cuestionan el plan para el Brexit presentado ayer en un discurso por la primera ministra británica, Theresa May, los grandes bancos están empezando a cuantificar los efectos sobre sus divisiones en Londres.
El máximo ejecutivo de HSBC Holdings Plc, Stuart Gulliver, dijo que operaciones que generan cerca del 20 por ciento de los ingresos tal vez deban trasladarse a París, mientras que Andrea Orcel, presidente de UBS Investment Bank, dijo que el banco tendrá que transferir empleados de Londres tras la separación entre el Reino Unido y la UE.
En otras noticias sobre bancos europeos, el máximo responsable de Deutsche Bank AG, John Cryan, se disculpó sin reservas en tanto el banco acordó pagar US$7.200 millones en un acuerdo final con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por sus operaciones de valores garantizados con hipotecas antes de 2008.
En tanto, las conversaciones de allí están dominadas por el ausente presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Si bien los presentes expresaron su nerviosismo por las políticas populistas de Trump, muchos están entusiasmados ante las nuevas oportunidades de hacer negocios durante su administración.
El único miembro presente de la nueva administración, el gerente de fondos de cobertura Anthony Scaramucci, describió al presidente electo como un “estratega increíble”.
