El descreimiento en los partidos políticos ha hecho que en varios países de América Latina hayan girado la mirada a inventos que al final de cuenta han resultado ser remedios peores que la enfermedad.
Esas experiencias nos llevan a centrar nuestra atención en cómo perfeccionar el sistema de partidos políticos, en vez de buscar inventos con figuras que se creen “mesiánicas”.
Actuemos, entonces, como sabios y adoptemos las medidas para sanar un sistema de partidos que en República Dominicana está al borde del colapso.
Se requieren organizaciones que respeten la democracia interna y dirigentes que se manejen con transparencia.
La eternización de las mismas personas en los puestos de dirección anquilosa esas estructuras y les quitan el atractivo para las nuevas generaciones que buscan desarrollarse.
Los partidos políticos deben construir ciudadanía, tener el bien común como norte y no sobreponer intereses particulares al interés nacional.
Pero sobre todo, tienen la obligación de predicar con el ejemplo, siendo ser austeros, transparentes, organizados, decentes, respetuosos de las leyes y normas.
Los partidos políticos tienen que ser referentes institucionales.
Ayudemos todos a construir este tipo de organizaciones políticas y estaremos cerrándoles las puertas a inventos peligrosos.