SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Miles de haitianos han hecho cola este verano en oficinas de la República Dominicana intentando aprovechar la poco común oportunidad de legalizar su estatus en un país donde llevan mucho tiempo viviendo en las sombras.

Para muchos, la esperanza pronto se convirtió en decepción. Desde que el 2 de junio se abrió un proceso para conceder el permiso de residencia a los haitianos que llevan viviendo en República Dominicana desde 2011, sólo una diminuta fracción de los aspirantes han conseguido mostrar documentación suficiente de su país natal para conseguir el permiso, según las autoridades.

Y a primeros del año que viene hay una fecha límite para registrarse o enfrentarse a la deportación. Los trabajadores migrantes como Luccene Philome, que hace poco acampó con un pequeño grupo de personas ante el ministerio del Interior para ser los primeros en ser atendidos al día siguiente, dice que les están pidiendo documentos como un carné de identidad haitiano, pasaporte o certificado de nacimiento.

“Me faltaba casi todo”, dijo Philome al salir de la oficina. El trabajador de 36 años, con las manos estropeadas de sus años como albañil, tuvo problemas incluso para que los funcionarios dominicanas registrasen sus huellas dactilares.

Hace tiempo que los inmigrantes de Haití tienen una vida dura en República Dominicana, pero en este caso su malestar se dirige principalmente al gobierno de Haití, que ha sido lento al emitir los documentos necesarios y cobrado cuotas mucho más altas de lo que puede pagar la mayoría de la gente. En las últimas semanas, ciudadanos haitianos han realizado varias protestas por este asunto ante la embajada de su gobierno en Santo Domingo.