Los cambios en el gobierno haitiano

Los cambios en el gobierno haitiano

Los cambios en el gobierno haitiano

Los cambios realizados hace poco tiempo en el gobierno haitiano, incluso en aéreas estratégicas en las relaciones con República Dominicana, han traído ciertos temores en grupos de la sociedad civil en lo que pudiera ser un nuevo aproche de los altos responsables respecto a los temas neurálgicos de las negociaciones bilaterales y, particularmente, la sentencia 168/13.

En los últimos 25 años ha sido quizás la primera vez que un gobierno haitiano en el manejo de una crisis con República Dominicana ha consultado y tratado de no distanciarse mucho de las justas reivindicaciones de las organizaciones de la sociedad civil haitiana. Además, ha buscado refuerzos en sus recursos humanos para afinar su accionar.

Sin embargo, dos de los cambios parecen justificar las aprensiones de la sociedad civil haitiana.

Pierre Richard Casimir, desde su posición de canciller y al principio también jefe negociador para Haití, se destacó en la crisis bilateral provocada por el referido fallo de desnacionalización de miles de ciudadanos dominicanos de ascendencia haitiana por un manejo firme, de apoyo irrestricto a las personas afectadas.

Concitó el respaldo de la Caricom y otros países de la región. Tenía pendiente otras iniciativas de acuerdo a lo que la parte dominicana presentaría como proyecto de ley especial a favor de los desnacionalizados.

Altas autoridades gubernamentales dominicanas se quejaron contra él en presencia del presidente Martelly, hasta tal punto que el mandatario haitiano, conocido por su jocosidad, les decía ocasionalmente y de manera chistosa, “aquí viene Casimir”.

A lo interno también tenía sus críticos. Un sector que quiere que lo de la sentencia se resuelva rápido para pasar “a los negocios”, le señalaba su “excesiva rigurosidad” frente al gobierno dominicano.

Se sabe que los interesados tienen igualmente motivaciones político-electorales en la regularización de los inmigrantes haitianos, quienes pudieran ser usados en las elecciones haitianas de finales de 2015 a través del voto en el exterior, un tema que Casimir no manejó, pese a ser por ínterin desde agosto de 2013 ministro de los haitianos que viven en el extranjero.

Nesmy Manigat, originario de la fronteriza ciudad de Ouanaminthe, no es un hombre político. Como consultor ha trabajado en varios proyectos oficiales.

Ha pasado más tiempo de su vida profesional en la sociedad civil, donde ha tenido en los últimos años la representación para Haití y República Dominicana de la ONG francesa “Aide et Action”.

Su designación como coordinador de la parte haitiana de la comisión ad hoc para el dialogo bilateral a finales del año pasado fue positivamente recibida por las organizaciones haitianas.

Para ellas, en lo que concierne al tema de la sentencia, llevó a cabo un rol efectivo de enlace gubernamental.

Su nombramiento como ministro de Educación, un tema muy complejo, con un órgano a reestructurar, no permite pensar que pudiera seguir con tanta eficacia al frente de la comisión haitiana.

Se necesitaría una persona que responda a su perfil.

En tanto que el nuevo canciller haitiano, Duly Brutus, un experimentado diplomático con 10 años de servicios continuos en la OEA, deberá esforzarse para ganar la confianza de las organizaciones de la sociedad civil.

Igual sucede con el nuevo ministro de la diáspora, François Guillaume II, totalmente desconocido en el sector de los derechos humanos.



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