Los bomberos de mi pueblo

Los bomberos de mi pueblo

Los bomberos de mi pueblo

Quiero dedicarles este trabajo a los bomberos de mi pueblo, porque son “héroes anónimos” de los cuales sólo recordamos que existen cuando se presentan problemas que ameritan de hombres capacitados y valientes para resolverlos.

Yo estoy seguro que muy pocas personas saludan con distinción a un bombero cuando pasa por su lado, porque a los bomberos no se les reconocen los méritos que merecen.

Estoy consciente de que sólo por vocación se puede ser bombero en este país, porque un bombero percibe muy bajo salario y tiene que arriesgar la vida con frecuencia salvando vidas o rescatando cadáveres sobre mares embravecidos, y por qué no, hasta morir ahogado o ser atacado por un tiburón.

Algunos han sufrido quemaduras indelebles en su cuerpo para toda la vida y hasta perdido la visión combatiendo un incendio muchas veces sin los equipos indispensables u obsoletos para realizar su labor.

Otra difícil situación que tienen que enfrentar los bomberos es la de personas impertinentes que quieren dirigirlos y hasta los insultan si no hacen lo que ellos quieren que se haga.

En ocasiones se ha llegado al extremo de caerles a pedradas en algunos barrios porque no pudieron apagar el fuego por falta de agua o no pudieron llegar a tiempo.

Es importante que la sociedad empiece a ver a los bomberos de otra manera, a tratarlos como se lo merecen, como se tratan las demás personalidades meritorias de nuestro pueblo.

Cuando hay peligro, cuando hacen falta hombres capacitados y valientes para defendernos de los fenómenos de la naturaleza recibimos a los bomberos con los brazos abiertos, pero luego damos la espalda y nos marchamos de nuevo ignorando a quienes por su entrega, sacrificio y labor merecen ser tratados como ciudadanos ejemplares, paradigmas excepcionales de nuestra sociedad.

Dominicano, con toda fe muerta, que no muera tu fe, porque algún día, algún día, esto tiene que cambiar.



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