Ver los atletas recibiendo sus medallas metálicas es una bonita estampa, observar a los graduandos cuando reciben sus diplomas contagia la alegría de sus rostros, como también resulta emocionante saber cuánto ganan los profesionales exitosos gracias a sus carreras.

Todo luce tan fácil en las fotografías de cada evento. Sin embargo, en la realidad lograr esos reconocimientos es una combinación de trabajo dedicado, constancia y saber levantarse tras cada desilusión.

Hay que estar dispuesto a decir no a muchos momentos divertidos cuando se emprende un camino de sueños y se persigue el éxito.

La promesa esta hecha: “Quien se atreve a tener un proyecto en su vida, quien tiene el valor de dejarlo todo para vivir su leyenda personal, acabará logrando sus objetivos.

Lo importante es mantener el fuego en el corazón, y tener resistencia para superar los momentos difíciles”. Asegura el autor del libro “El alquimista”, Paulo Coelho.

Una de las expresiones más conocidas y repetidas en el mundo y que logra que más gente emigre a los Estados Unidos es la del sueño “americano”. No es raro escuchar gente desilusionada decir que no es cierto.

Ellos tuvieron la ilusión infantil de despertarse y encontrar el sueno convertido en realidad por el solo hecho de estar en territorio americano.

Difícilmente las cosas ocurren de la noche a la mañana. Sin importar dónde estemos y qué soñemos, hay que trabajar duro, porque la magia no existe, solo la ilusión, y es en ese momento cuando debemos despertar para empezar a trabajar.

Sin importar dónde vivamos podemos lograr ese sueño que tenemos, pero la primera condición es creer que sí podemos y sin vacilar empezar a caminar hacia él.