Lo que subyace

Lo que subyace

Lo que subyace

Siempre he creído en la esencia de cada ser humano, estudio su forma de conducirse, sus acciones, su familia, de que vive, etc.

Es por ello por lo que se me hace tan difícil identificar un peledeísta de alto nivel que me inspire confianza, uno que haya llegado sin recurrir a la subordinación o a la corrupción.

Observen quienes lideran ese partido: Leonel Fernández, uno de los dignatarios peor valorados de país alguno; Margarita Cedeño, una ficticia caricatura de la bondad creada con nuestros recursos; Félix Bautista, un personaje ligado a los más oscuros ambientes existentes en el planeta; y Danilo Medina, un taciturno personaje de formación ortodoxa peledeísta, quien hasta hoy no ha explicado de que vive, pero que sí ha manifestado su visto bueno a que el dinero del pueblo subvencione su campaña, todo mientras sonríe junto al gato.

Contemplen la vocación de abarcarlo todo: ¿por qué si un dominicano acude al Congreso, a la Justicia, a la Cámara de Cuentas, al Tribunal Constitucional, al Tribunal Superior Electoral, a la Junta Central Electoral, la palabra final está en manos de gente sesgada?

¿Acaso se necesita control absoluto para asegurar absoluta impunidad?

¿Por qué el edificio de la Junta Central Electoral usa colores tan similares a los del partido de gobierno?

¿Por qué si usted toma en sus manos cualesquiera de las banderas dominicanas que últimamente ha desplegado el gobierno, el recuadro azul tiene un tono púrpura?

¿Por qué en las nuevas papeletas de $500.00 pesos el escudo dominicano fue sustituido por una estrella?

¿Alguna vez han pensado ustedes qué hubiera sido de nuestro país si aquel fatídico 12 de enero del 2010 el terremoto ocurre en nuestro lado de la isla?

¿Acaso gente que no ha promovido la producción local agropecuaria hubiera podido enfrentar la demanda de alimentos que se generaría?

Todos hemos sido testigos de que sobre los cuerpos de 300,000 haitianos, los peledeístas se dedicaron a cuadrar negocios por demás corruptos, ¿acaso existe un vacío de moral más inmenso que el de aprovechar la muerte de cientos de seres humanos para enriquecerse?

Si lo hicieron en un país que no “gobiernan”, ¿qué nos hubiera esperado a nosotros?

Solo hay que aplicar la lección que enseñó Pena Gómez de que en política hay que ver más allá de la curva para entender a lo que nos enfrentamos, obsérvenlos y vean sus acciones e intenciones, todo tiene respuesta…en lo que subyace.



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