Libertades cuestionadas

Libertades cuestionadas

Libertades cuestionadas

El continente latinoamericano es un territorio desigual, inestable y de contrastes insólitos. Igual sucede, y no es un secreto, con el libre ejercicio de la expresión y de la prensa.

Acaba de terminar la 72ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa, en Ciudad de México, y conocidos sus informes, resoluciones y conclusiones, sale a flote todo el camino recorrido y lo que hace falta recorrer en aras de consolidar el camino de una libertad de expresión más fuerte y resistente a los embates a que se somete el inalienable derecho de la prensa continental y el trabajo de los periodistas, muchas veces hecho con saldos humanos y en condiciones de alto riesgo.

Cuando en un país del continente hay desajustes con la libertad de expresión eso repercute, directa o indirectamente, en los demás países de la región.

La violación a la libertad de prensa y el ejercicio de todos los profesionales vinculados y vinculantes con ese ejercicio se convierte en una violación que afecta otras áreas y limita otros derechos del hombre.

No hay que mencionar los países violadores por sus nombres. Son muchos. Hoy en día la información es global; y todos estamos informados.

La tarea es agotadora, pero los derechos no pueden sucumbir ante el poder y la censura. Un atentado en un país grande o pequeño disminuye por igual la libertad en todo el continente.

El compromiso no es solo de información, las libertades cuestionadas también deben ser defendidas. Y la libertad de expresión con mayor ahínco y razón.



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