Leonel Fernández

Leonel Fernández

Leonel Fernández

En apenas días llega a su final una de las gestiones presidenciales más azarosas que haya sufrido República Dominicana.

Cual fuere la percepción que dominicano alguno pueda tener de estos últimos 8 años de gobierno, los estudios e informes de organismos internacionales, cuya independencia está fuera de cuestionamiento, expresan la aberración que hemos vivido.

Huelga mencionarlos;  escoja usted el que le plazca.

Los ciudadanos, hemos visto frente a nuestros ojos como la delincuencia ganó la batalla al deseo de que viviéramos en un país seguro, sólo hojee un diario cualquiera y verá como ya nada asombra… ni la droga.

Hemos sido testigos de cómo un gobernante permitió la orgía de corrupción más descarada que nuestra memoria registre,  y fruto de la cual él y los suyos se enriquecieron de tal forma que generaciones enteras de trabajo y lucha de miles de familias ahora lucen como esfuerzos en vano.

Igualmente, gracias a ese manejo delincuencial del erario público se cometió un irreparable crimen: el de torcer la voluntad popular, participando tanto el jefe del estado como sus cómplices en verdaderos ejercicios de avasallamiento, coerción y manipulación de aquellos a quienes ellos mismos han sometido a la extrema pobreza.

Cuando arribe el 16 de agosto del 2012, tendremos un sistema educativo calificado como uno de los peores del mundo, al mismo sistema que le fue negado reiteradas veces el 4 % del PIB como manda la ley.

Sobre nuestros hombros descansarán mas de 24,000 millones de dólares en deuda y un déficit fiscal de unos 100,000 millones de pesos. Nunca nadie se había endeudado tanto en tan poco tiempo.

¿Qué necesidad tenía un hombre de otra generación, con otra preparación, de gobernar con el librito de siempre?, 12 años en total para transformar un país y miren en lo que nos hemos convertido.

Y que conste, no se trata de simplemente criticar, de hacer leña del “árbol caído”. Primero,  porque un árbol da frutos y éste parió desgracias, y de caído nada, pues si para algo usó la inteligencia el pronto exgobernante  fue para garantizar impunidad propia y de sus adláteres.

El mayor dolor lo es, sin dudas, que nos ha hecho desear marcharnos de la tierra que amamos.

¡Descienda las escalinatas! ¡Pronuncie su discurso! ¡Aplausos no le faltarán!, provenientes de una parte del pueblo que usted arruinó convirtiéndolo en servil y parásito gubernamental.

Ese es su legado histórico….Leonel Fernández.



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