El lector Leonel González me hace llegar una comunicación que compartiré con ustedes: “Señor Mercado:
Me alegra saludarle y reconocerle por ser uno de los periodistas más preocupados por el buen funcionamiento del deporte nacional, aunque lamento que se dedique en más de un 85 % a los temas relacionados con el béisbol.

Me defino como un conocedor del deporte nacional y como doliente le puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que Luisín Mejía, presidente del Comité Olímpico Dominicano (COD), es el principal culpable de que el deporte dominicano se encuentre estancado, principalmente por apoyar a muchos dirigentes bellacos y sin capacidad para estar al frente de las federaciones que forman el organismo que dirige.

Luisín, como la gatica de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano, por años se la ha pasado permitiendo todas las artimañas del clan que junto a él domina el deporte nacional, para mantenerse dirigiendo sin ningún obstáculo el destino del COD por donde le sea más factible.

Por los resultados palpables, es fácil reconocer que Luisín, apoyado en sus relaciones políticas, se ha impuesto para desconocer la Constitución del 26 de enero del año 2010, cuando por primera vez quedó establecido el concepto de deporte y actividad física en nuestra Carta Magna.

En ese momento, se pensó que por la denominada constitucionalización del deporte dominicano, el COD se escogería por nuevas reglas. Sin embargo, el COD y sus autoridades, aun contando con estatutos relativamente nuevos (2013), todavía no tienen un Tribunal Arbitral ni una Comisión de Ética, porque no le interesa a Luisín, quien sabe que todas esas fallas inciden para que aun se sigan registrando actuaciones irregulares en las federaciones, donde los bellacos son los que se imponen y no permiten la renovación que necesita el deporte nacional”.