Avanza el segundo mes de la campaña de Grandes Ligas y luce muy tímido el respaldo publicitario a las transmisiones de radio y televisión.

El temor es que en un momento a alguien se le ocurra decir “no más” tal como el año pasado en la radio, a mitad del camino.

El país necesita que las transmisiones perduren como una forma de reivindicación social -recreación e información- y ojalá un día de estos no tengamos que aplicar la frase “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.

Dos transmisiones diarias por televisión -tres los domingo- es un lujo que no lo tienen todos los países. ¿Por qué no preservarlo?

Se sabe que es un negocio entre los compradores de los derechos y el empresariado -público y privado- cuyos costos nunca se saben aunque las especulaciones “en dólares” siempre están a la orden del día.

La idea es alertar para que se unifiquen criterios y se salve ese negocio de gran valor social para una nación que sólo puede exhibir “la pelota” como su gran divisa exterior.

Advierto que estuve en las transmisiones de radio durante catorce años -CDN y Telemicro-, pero ya mi tiempo pasó, hay nuevas fuerzas, el show debe seguir…¡Nos pechamos!