Las riendas

Las riendas

Las riendas

Ana Blanco

Antes solía buscar la excusa perfecta para cada equivocación y, en la mayoría de los casos, la encontraba en los demás. En ese camino de subidas y bajadas en el que vas definiendo quién eres, es más sencillo pensar que todo lo malo tiene que ver con algo externo que admitir cualquier responsabilidad.

Es un instinto de supervivencia. Pero al final la vida te enseña que nadie, absolutamente nadie aparte de ti es quien maneja el timón de las cosas. Te puedes equivocar, claro, pero aprende a vivir con ello y sigue hacia delante. Y te confieso algo que los gurús emocionales no saben, hay errores de los que no se aprende absolutamente nada, simplemente metiste la pata y tuvo sus consecuencias. Eso sí. Detente, recupérate y continúa, porque lo que sí es verdad es que nadie lo va a hacer por ti. Eso lo aprendes más tarde o más temprano.

Aspirar a que sean otros los que te den soluciones, te cojan de la mano y te lleven o te den ese abrazo deseado es una necesidad humana, pero no te detengas si eso no sucede y mucho menos no culpes a quien no lo hace, porque te digo algo, no es su obligación. Pero sí es la tuya atesorar la suficiente fortaleza para estar solo en la vida y seguir caminando. Pueden sonar duras mis palabras, no es así.

En el instante en que eres capaz de estar solo es cuando sabrás estar acompañado. Podrás dar y recibir sin que sea algo forzado, sino natural. Desarrollarás la empatía sin esperar que el otro lo haga y de esa forma atraerás personas a tu lado. Estar continuamente requiriendo atención de otros, culpar de tus males a los demás, esperar que te lleguen las cosas porque te las mereces y sobre todo rendirte porque la película no tiene el final que imaginabas solo te hará vivir en una frustración continua.

Conocerte con tus virtudes y tus defectos, potenciar las primeras y pulir (que no desaparecer) los segundos te hará quererte, sentirte con las riendas de tu vida y un día sin darte cuenta esas batallas ganadas, esos errores pasados, esas personas que llegan y las que se van no marcarán tu destino. Lo harás tú mismo con todo el bagaje que esas experiencias te han dado y no hay mayor satisfacción que saber que pase lo que pase seguirás hacia delante.



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