Las Protestas

Las Protestas

Las Protestas

Crece la lucha popular. Todos los días hay muchas protestas en el país. Muchas de ellas son espontáneas. Hay mucha indignación en el pueblo.

Se acentúa la carencia de servicios básicos, sube  el costo de la canasta familiar, los apagones no le dan tregua a la gente y, tienen consecuencias terribles para los negocios y la producción nacional; mientras los escándalos por denuncias de corrupción en la administración pública, están a la orden del día.

No caben dudas que hay razones de más para protestar. Esto plantea un desafío al movimiento social. Si no actúa, se corren dos riesgos: el primero es que esas protestas se disuelvan en el tiempo sin que la población hagan sentir al gobierno de manera plebiscitaria, su inconformidad con las políticas que implementa.

El segundo es que haya una pueblada espontánea, sin dirección y que gobierno responda con una matanza como la de  abril de 1984,  se pierdan vida y el movimiento regrese a una situación de depresión.

Debe haber lucha de masas. Tenemos que protestar,  pero es preciso que ésta tenga dirección, sea ordenada y, apele a iniciativas  integradores.  Por esto es importante que las organizaciones populares, con el Foro Social Alternativo ampliado, consideren la posibilidad de una Jornada Nacional de protesta, con movilización cívica, por varias  horas  de duración. Que durante su desarrollo, haya actividades diversas, tanta como el imaginario popular pueda crear.

De esta manera, se facilita la integración de distintos sectores, y el pueblo en general.   no se agotan las energías. El pueblo queda movilizado y se evita el reflujo que casi siempre tiene lugar después de una huelga nacional. Hay que evitar la desmovilización. Todo lo contrario, es necesario estimular la conciencia ciudadana, cumplir deberes y reclamar derechos. Hay que contribuir a superar la indiferencia frente a la dilapidación de los recursos público y la violación de derechos.

Eso si, no hagamos un programa de gobierno. Levantemos no mas de cinco demandas puntuales; si me preguntaran cuáles. Yo diría: contra la cementera en los Haitises, por acciones judiciales contra la corrupción, por las demandas del sector salud, solución del problema de la energía eléctrica y el 4% del PIB para la educación.

Los sectores populares tenemos que hacernos sentir, tenemos que hacer que nos escuchen. La única forma de hacerlo es convirtiendo la indignación en organización, construyendo un movimiento social fuerte y vigoroso, capaz de arrancarle conquistas al gobierno, es preciso crecer la articulación social, actuar con espíritu de cuerpo y propósitos claros, apelar la lucha cívica y de masa para protestar y reclamar nuestros legítimos derechos.  Desde esta pizarra, protesto.

*La autora es maestra y ex presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP)



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