Todos recordamos con cariño algunas edades. Algunos se acordarán con añoranza de sus años universitarios. Otros, lo mucho que disfrutaron los primeros años de matrimonio.
Y otros pensarán en la época en la que vieron a sus hijos crecer. Pero las eras más felices de nuestra vida no son subjetivas: la ciencia asegura que hay dos periodos muy concretos en los que somos realmente felices.
Este hecho ha sido revelado gracias a un estudio realizado por la prestigiosa London School of Economics. En él se señala que los días de gloria de los seres humanos se dividen en dos épocas: cuando tenemos 23 años y cuando tenemos 69 años.
Según el trabajo, los niveles de felicidad en la vida parecen seguir una curva en forma de U entre los 20 y los 70 años, teniendo un pico máximo de felicidad a los 23 y los 69 años.
Los investigadores aseguran que estos dos momentos de alegría se deben a factores muy diferentes. Cuando tenemos 23 años solemos dar nuestros primeros pasos profesionales y nos encaminamos hacia la vida adulta. Este descubrimiento del mundo junto con nuestra juventud y ganas forman la fórmula perfecta para alcanzar la plenitud de espíritu.
Cuando llegamos a los 69 años, nos toca disfrutar de lo sembrado: si hemos trabajado duramente, podremos descansar y dedicarnos a nuestras aficiones favoritas. Si tenemos familia, veremos cómo han crecido y ya son adultos, e incluso podremos disfrutar de nuestros nietos.
Pero, ¿qué pasa en medio de estos dos picos de felicidad? ¿Por qué no estamos tan contentos en tan largo espacio de tiempo? Los autores del trabajo aseguran que los jóvenes tienden a sobreestimar cómo van a vivir en el futuro, y cuando la realidad les hace ver que no todo es tan bonito como creían, se sienten más infelices.
Sin embargo, cuando nos hacemos mayores, y vemos que no estamos tan mal, volvemos a experimentar la felicidad. Por eso la curva de la alegría de vivir tiene forma de U, siendo los extremos las dos edades: 23 y 69 años.
Tomado de Yahoo Noticias
