Las armas son necesarias… ¡Y hay que usarlas!

Las armas son necesarias… ¡Y hay que usarlas!

Las armas son necesarias… ¡Y hay que usarlas!

¿Qué sería del mundo sin las armas? Y hablamos principalmente de las armas de fuego. Las armas fueron inventadas para satisfacer una necesidad.

De manera que no se explica por qué hay personas que se asombran ante la muerte de personas a causa de las armas.

¡Las armas se inventaron para ser usadas, no para guardarlas, exhibirlas o amenazar!
La industria de las armas mueve miles de millones de dólares. En 2008 esta industria movió ventas que ascendieron a 385 mil millones de dólares.

En 2009 subieron a 406 mil millones; en 2010 aumentaron a 411 mil millones de dólares. Las armas ligeras (escopetas, pistolas, revólveres, etc.) tuvieron ventas por 4 mil millones de dólares en año 2006, pero para 2012 ya habían ascendido a 8,500 millones de dólares anuales. Es decir, es un gran negocio que emplea gente, mueve la economía, hace crecer el progreso y trae prosperidad a las sociedades. Claro, todo dentro del concepto de la importancia del dinero y las leyes del Capital.

Los mayores fabricantes y proveedores de armas son los Estados Unidos (60% de las ventas totales en el mundo). Le siguen Rusia y Alemania (29%).

El Japón también las fabrica y está tratando de que se derogue el impedimento de exportación que pesa sobre ese país desde la Segunda Guerra Mundial. India ocupa el primer lugar en la lista de los principales compradores.

Naciones Unidas estima que existen alrededor de 875 millones de armas pequeñas en el mundo. Más de mil compañías de 100 países las fabrican.

Unas 253 mil armas pasan anualmente a México desde los Estados Unidos con ventas sobre los 127 mil millones de dólares.

En 2008 la Casa Blanca vendió a un solo país árabe 88 millones de dólares en armas, incluyendo “fusiles de asalto, escopetas y otras empleadas para reprimir protestas sociales…” (“El Diario Internacional”, abril de 2013).

Entonces, si es como dice Naciones Unidas, existen millones de personas viviendo de la fabricación y del negocio de las armas.

Pero además – como pasa en la República Dominicana – dependen de ellas para trabajar y sobrevivir diariamente, los mercaderes de armas, la policía, los delincuentes, los choferes de guaguas, los guardaespaldas, los funcionarios, los empresarios, los abogados, los congresistas, los camioneros, los dueños de bares y discotecas, los banqueros, los propietarios de bancas, los alcaldes, los grandes narcos, los pequeños narcos, los micro-narcos, los ferreteros, los colmaderos y –naturalmente– miles de clientes de todos ellos.

En términos generales; las armas de fuego son importantes herramientas de trabajo. Cierto es que en el desempeño de ese trabajo matan. ¡Pero es para eso que se fabrican! ¡Si no mataran nadie les temería! Además, hay que dejarse de hipocresías; todo el dominicano quiere andar armado y parecerse a Dios perdonando o quitando vidas.

Ahora, si usted – usted que está leyendo esto– cree que ya no se puede tolerar más violencia, ni más feminicidios, y cree que es necesario desarmar a toda la población, PERO A TODA LA POBLACION, entonces eleve su voz, organícese. Y junto con los que creemos en la paz exijamos al Gobierno una ley para el desarme total de la población. ¿Qué hacer con las armas expropiadas? Pues fundirlas todas en Metaldom, y como resultado de esa fundición construir un gran monumento al desarme y la paz en algún lugar de Santo Domingo.



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