Lambonería

Lambonería

Lambonería

La palabra “lambonería” no aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Pero para los fines que la necesitamos en esta ocasión, ninguna es más apropiada que ella, en sus acepciones de adulonería y abyección, para aplicarla al otorgamiento de Premio Internacional de Literatura “Pedro Henríquez Ureña” por parte de la República Dominicana a su detractor Mario Vargas Llosa.

El Premio Internacional de Literatura “Pedro Henríquez Ureña” no es un concurso en el que se debe escoger al mejor de los propuestos o participantes. Se trata de una distinción que concede el Gobierno dominicano, a través del Ministerio de Cultura, a un intelectual extranjero que libérrimamente se quiere reconocer.

Es decir, en 2016 el Gobierno dominicano quiso distinguir, homenajear, halagar a Mario Vargas Llosa. Cometió un gran desacierto al escoger distinguir y premiar con fondos públicos a un intelectual que utilizó su nombradía internacional para sumarse a una campaña de descrédito contra este país.

Mario Vargas Llosa tiene todo el derecho de emitir las opiniones que emitió, pero que el Gobierno dominicano decida homenajearlo, distinguirlo y privilegiarlo es otra cuenta.

El Gobierno ha traído otra vez al escenario a una persona que utilizó su prestigio para comparar a instituciones dominicanas con las hitlerianas que provocaron el genocidio en el que fueron asesinados millones de personas.

También, nos calificó como “los parias del Caribe” al criticar la sentencia que esclarece los principios para obtener la nacionalidad dominicano. Añadió los calificativos de xenófobos, racistas…

Que el Gobierno dominicano se despache distinguiéndolo con un Premio que es de libre selección y que no se gana mediante ningún concurso, en el mejor de los casos, es un error que lastima el orgullo nacional.



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