La "vejez" de por sí no es causa inmediata de muerte

La «vejez» de por sí no es causa inmediata de muerte

La «vejez» de por sí no es causa inmediata de muerte

Si uno logra evitar un accidente automovilístico fatal, enfermedades infecciosas, fallos cardíacos, cáncer, suicidio o asesinato -entre otros-, debería poder vivir al menos hasta los 80 o más años.

Para entonces, todos los órganos habrán perdido algo de efectividad.

Los riñones no estarán pudiendo filtrar todas las toxinas de la sangre; el corazón no estará bombeando la sangre con la fuerza suficiente para oxigenar las extremidades efectivamente; el sistema digestivo no tendrá el mismo apetito o capacidad que solía tener, etc.

Eso hará que uno sea progresivamente más vulnerable.

Los doctores ya no usan la «vejez» o «causas naturales» en los certificados de defunción tanto como lo hacían antes: ahora tratan de registrar tanto la causa inmediata de la muerte como la subyacente.

Así, «paro cardíaco» puede ser la causa inmediata y «enfermedad cardiovascular», la subyacente.

Sin embargo, los ancianos a menudo sufren de varias condiciones crónicas al mismo tiempo, de manera que es imposible saber exáctamente cuál órgano falló primero sin hacer una autopsia, algo que no se practica a menudo cuando se trata de alguien de edad avanzada.

La muerte es inevitable y más probable con la edad, así que uno podría pensar que la edad es en efecto la causa subyacente por excelencia.

Pero la «vejez» de por sí nunca es una causa inmediata de muerte. Es sólo una manera informal de decir que una persona no murió en circunstancias sospechosas ni debido a una condición médica previamente conocida.



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