La susceptibilidad artística y literaria

La susceptibilidad artística y literaria

La susceptibilidad artística y literaria

Mario Emilio Pérez

Hasta el día de hoy solamente dos personas han escrito artículos en periódicos restando calidad literaria a mi modesta obra.

Afortunadamente esos críticos eran tan desconocidos, que hubieran podido usar sus propios nombres como seudónimos.

Meses después de esas publicaciones me manifestaron sus excusas, pero les dije que tenían pleno derecho a manifestar rechazo a mis libros.

Y añadí que si tuviera la certeza de que eran los únicos que no gustaban de mis obras, celebraría esa circunstancia con una fiesta bailable en mi casa.

Porque haciendo honor a la verdad, los mayores cuestionamientos a mis escritos han surgido de labios de parientes cercanos.
El más grande hombre que ha producido la humana especie es el nazareno Jesús, y él afirmó que nadie es profeta en su tierra ni en su casa.

Estos pensamientos cruzaron por mi mente después de una conversación telefónica con mi dilecta amiga Carmen Heredia de Guerrera.
La destacada intelectual y escritora tiene mucho cuidado con las opiniones que expresa en sus artículos sobre los diversos espectáculos artísticos que se producen en el país.

Esto se debe a que es una profunda conocedora de la susceptibilidad de la mayoría de los artistas frente a los comentarios negativos sobre sus creaciones y espectáculos.

Hace hincapié en que ella no es una crítica de arte, sino alguien que relata sus impresiones acerca de los eventos de las bellas artes a los cuales asiste.

Y manifiesta su acuerdo con la opinión del conocido escritor colombiano José María Vargas Vila, quien afirmó que “los críticos literarios saben cómo se escriben las obras, pero no saben escribirlas”.

Quizás también Vargas Vila mantenía en alerta la desmesura común en los artistas de la susceptibilidad.



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