La revolución educativa

Cada semana el Presidente de la República inaugura algún centro educativo nuevo.

Se crean otras aulas para acoger a una población estudiantil creciente.

Los técnicos del Ministerio de Educación están embarcados en un proceso de mejoras del currículum que se utiliza en las escuelas.

Los maestros están inmersos en un intenso proceso de actualización de sus capacidades como educadores.

Cada vez más padres se interesan en que sus hijos reciban el pan de la enseñanza.

La tecnología empieza a entrar en las aulas al servicio de la educación.

Son grandes avances en comparación a lo que teníamos hace algunos años, pero no es suficiente.

La proclamada “revolución educativa” llegará a su culmen cuando todos los actores del sistema caminen hacia la excelencia y la sociedad en su conjunto se constituya en veedora de la consecución de las metas.

El desarrollo integral de una nación está vinculada a los avances educativos.

Saquemos la educación de la ecuación proselitista.

La “Revolución educativa” es cuestión de todos, veámoslo como un proyecto de nación.