Los obispos dominicanos inician hoy la reunión ordinaria anual de la Conferencia del Episcopado Dominicano teniendo latente un tema que lacera la feligresía católica universal, pero que de ser abordado de manera correcta podría colocar a la República Dominicana en un punto luminoso de la historia de la Iglesia Católica Universal.

Por territorio de lo que hoy es República Dominicana inició en 1492 la llegada del cristianismo al Nuevo Mundo, lo que marcó un hito en la expansión de esa religión.

Además, nuestra conformación como Nación ha estado estrechamente vinculada a los principios que sustentan el cristianismo, sin que eso implique que seamos un Estado confesional.

La Iglesia Católica podría estar haciendo historia nuevamente y nuestro país jugando un rol protagónico en la anunciada decisión del papa Francisco de “cero tolerancia” frente a los casos de abusos sexuales por parte de miembros del clero.

La Congregación de la Fe ya condenó en el juicio canónico al exnuncio Joseph Wesolowski, acusado de pederastia y lo expulsó del sacerdocio.

El Vaticano también estrena con Wesolowski la jurisdicción penal. Éste es el primer caso en que la competencia es estrictamente del Estado Vaticano.

El papa Francisco le dio garantías al presidente Danilo Medina de que buscará el mayor castigo posible en la jurisdicción penal en caso de comprobarse la culpabilidad del exnuncio.

Confiamos que ese mismo espíritu predomina en nuestros obispos, reconociendo humildemente que un mal cristiano ha cometido un daño horrendo en caso de ser ciertas las imputaciones que pesan en su contra.