La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) surgió como una iniciativa promovida por varios gobernantes de la región para contrarrestar el control que tiene Estados Unidos sobre la Organización de Estados Americanos.

La matrícula de la Celac es la misma que la de la OEA, sin Estados Unidos y Canadá, aunque sus agendas difieren mucho.

El futuro de este nuevo organismo continental dependerá de la capacidad que tenga de articular acciones que contribuyan al desarrollo de sus miembros, fomentar la política de una real buena vecindad, dirimir diferencias geopolíticas sin imposición imperial, fomentar la democracia y los derechos humanos, facilitar el comercio y consolidar conquistas sociales.

República Dominicana ha sido una de las naciones más afectadas por la tergiversación del rol de la OEA, que incluso fue capaz de propiciar una intervención militar norteamericana a suelo patrio para evitar la vuelta a la constitucionalidad en 1965.

Por tanto, debe cuidar que el nuevo organismo no caiga en esos vicios y que pueda ser un verdadero escenario en el que los Estados miembros puedan sentarse en la misma mesa sin tener que rendir pleitesías o ser víctimas de intereses de una sola nación.

Desde ayer los técnicos de los Estados miembros, con sus respectivos cancilleres, trabajan en la elaboración de los acuerdos que deberán firmar los jefes de Estado y de Gobierno.

Les damos la bienvenida a las comitivas y les exhortamos a abordar los temas que de verdad afectan nuestras democracias y economías.