La región Euro puede funcionar bien con una membresía menor

La región Euro puede funcionar bien con una membresía menor

La región Euro puede funcionar bien con una membresía menor

Nueva York.-La salida de uno o más estados miembros del euro no destruirá la unión monetaria ni el proyecto de integración europea, dijo el presidente checo Vaclav Klaus.

Y la partida griega de la moneda única sería una “victoria” para ese país, que ha sido víctima del sistema monetario, señaló ayer Klaus en una entrevista en las oficinas centrales de Bloomberg en Nueva York.

La República Checa, que prometió adoptar el euro como parte de su acuerdo de incorporación a la Unión Europea en 2004, no está sujeta a ningún plazo oficial para hacerlo y la cuestión de sumarse a la moneda común “no es un problema” en el país, agregó Klaus, cuyo segundo mandato como presidente termina en marzo.

“No creo que el euro como moneda desaparezca”, manifestó Klaus, de 71 años. “La cuestión es si los 17 países y posiblemente algunos otros deben estar o van a estar en este sistema o no”.

El presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi dijo el 26 de julio que haría “todo lo que haga falta” para salvar la zona euro de 17 naciones.

Esto iba en contra de la opinión de escépticos como Kenneth Rogoff, profesor de economía de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, que ese mismo mes dijo prever que Grecia dejaría la moneda común después de encarar la mayor reestructuración de deuda soberana de la historia.

Klaus, que como primer ministro checo estuvo al frente de la división de la ex Checoslovaquia el 1 de enero de 1993 y la posterior adopción de las monedas checa y eslovaca, señaló que el sistema de la eurozona está castigando a algunos países que estarían mejor si la abandonaran.

  “Grecia es una víctima de la unión monetaria”, añadió. “Sería mucho mejor para ella no estar en este chaleco de fuerza. Sería una victoria para los griegos”. Klaus, economista que estudió en los Estados Unidos e Italia y trabajó en el banco central checoslovaco bajo el comunismo, fue ministro de Economía y después primer ministro luego de la Revolución de Terciopelo que puso fin al régimen comunista.

Se definió como un “euro-realista”, afirmando que apoya la integración europea sin estar a favor del avance hacia “la unificación, la centralización, la armonización, la estandarización” de todo el continente, incluida la moneda única. “Nosotros aceptamos con cierta renuencia las condiciones planteadas para nuestro ingreso” a la UE, dijo el presidente checo Klaus.  



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