Muchos productos agrícolas empiezan a escasear como consecuencia de plagas que están afectando esos cultivos o por los efectos de la aparente ya superada sequía que afectó el territorio nacional.

El efecto más inmediato ha sido la subida de los precios en el mercado local.

Estaremos viendo dentro de poco la necesidad de que el Gobierno conceda permisos para importar algunos de esos productos, lo que implicará sacar dólares del mercado interno con la consecuente presión hacia el alza de la tasa de cambio.
Para muestra varios botones.

La cosecha de cítricos se ha reducido en casi un 50 por ciento, según afirman los productores de este renglón. Esto así por la aparición de una plaga que está obligando a simplemente tener que sustituir las plantas.

Eso explica porqué la oferta de toronjas se ha reducido a su mínima expresión y que haya una fuerte escasez de naranja en todas sus variedades.

El tomate atraviesa por una situación similar, a tal punto que algunas agroindustrias contemplan la posibilidad de importar para atender sus necesidades de materia prima.

El caso de la yuca en el Cibao central ha sido escandaloso, pues prácticamente se ha perdido la cosecha completa en esa zona.

Las actuales circunstancias indican que además de financiamiento en condiciones adecuadas, la producción agropecuaria está requiriendo volcar los técnicos agrícolas al campo para ayudar a combatir esas plagas y restablecer el ritmo de producción.
No hay tiempo que perder.