La pregunta obligada

La pregunta obligada

<P>La pregunta obligada<BR></P>

Dos amigos se encuentran y, tras las clásicas formas de saludarse, interesarse por las respectivas familias y los inevitables “¿cómo te va?” y “te ves muy bien”, surge la obligada pregunta bajando la voz: “¿Y cómo tú ves la cosa?”.

La “cosa”, en este caso, puede tener diversas acepciones, pero todas ellas salpicadas de un matiz político o económico.

La respuesta, casi siempre, se va por el lado negativo, que es precisamente lo que quiere escuchar quien hizo la pregunta primero:

“¡Bueeeno! La cosa no está clara… El Gobierno es insensible… A la gente se la está llevando el diablo… Aquí va a pasar algo… Cada vez pienso más que hace falta un Tru… ¡No, eso no!…”

¿Hasta qué punto se justifica una visión tremendista del presente y el futuro inmediato dominicano? Por una parte, si hemos de ser justos, tenemos que admitir que la tarea de gobernar no es fácil, que son muchas y muy difíciles las demandas y exigencias que –con mucha justicia- plantea la sociedad a los que detentan el poder.

 Pero por la otra parte, también es cierto que el Gobierno muchas veces parece sordo, por no decir indiferente, y parece divertirse viendo pasar ante sus narices las pruebas de la corrupción administrativa, o al exhibir una total ausencia de un orden de prioridades para invertir o gastar el poco dinerito de que disponemos.

Entonces… ¿qué es lo que hace falta?

Yo diría que falta patriotismo, dentro y fuera del Gobierno… pero temo hacer el ridículo si utilizo esa palabra (patriotismo) aparentemente pasada de moda y utilizada hoy día tan solo por los poetas y los políticos adocenados que no tienen otra cosa que decir. Pero también faltan, en cantidades industriales, mucha sinceridad, no menos honestidad y la más rígida austeridad.

Mientras todo eso llega, cada día son más los que preguntan: “¿Cómo tú ves la cosa?” Usted, amigo lector o lectora: ¿cómo la ve?

 



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