Siempre he sostenido que en este béisbol nuestro no se puede descartar a ningún equipo que llega al Todos contra Todos, por muy mal récord que compile en la parte regular.

Ello así, porque se produce un cambio radical en la composición de los mismos, mediante el denominado sorteo y las contrataciones de refuerzos.

Muchos seguidores, por lo menos de tres de los conjuntos clasificados, descartaron al Licey, que llegó al “Round Robin” en forma muy precaria, y lo hizo por el descalabro increíble que sufrieron las Estrellas.

Tras las tres victorias consecutivas que ha logrado el Licey, sin contar el resultado de anoche, son muchos los desesperados, porque son 18 juegos, que les están dando “caco” a las reales posibilidades que tienen los añiles de llegar a la final.

Todavía es muy temprano, y en la final seguirá la transformación, porque esta es una “pelotica”, gústele o no a fanáticos “per se”, y también a cronistas incondicionales seguidores de equipos.

Mientras tanto, el torneo continúa viento en popa, a pesar del fuego que destruyó el palco de prensa del Quisqueya, y también como el plato fuerte de discusión de la mayoría de los dominicanos, que saben de primera mano que no hay de otra, y que “si no hay pan, hay que entrarle al casabe”, aunque con conocimiento de que en ocasiones hay que tener muy buenos molares para desguazarlo.