La OEA debe pedir perdón

La OEA debe pedir perdón

La OEA debe pedir perdón

Felipe Mora

Indiscutiblemente que el gobierno de Haití ha perdido la perspectiva. En su afán por desprestigiar el proceso de regularización de extranjeros que se realiza desde República Dominicana, las autoridades del vecino país han tratado de contrariar cada paso que se da, pero también ignorar los acuerdos arribados con su contraparte de este lado de la frontera.

Haití y su gobierno nos injurian, y todo porque desde acá se ha tratado de poner coto –legítimo derecho- a las masivas incursiones de haitianos ilegales al territorio nacional.

La porosidad de la frontera contribuye con esa práctica, sea porque las incursiones ilegales se realicen por áreas poco protegidas o por los cuatro puntos importantes donde existen puestos de control aduanal y de migración.

El Estado haitiano -si es que aún se le puede llamar de ese modo- mantiene en el ostracismo a la inmensa mayoría de su gente. No dotar de documento legal a un niño cuando nace constituye un crimen incalificable. De esa manera, la continuidad de lo que es el Estado se ve seriamente afectada.

Las autoridades haitianas han dado demostraciones fehacientes que en cada paso que dan mienten a la comunidad internacional. La prensa del vecino país les hace el juego, lo mismo que la diáspora haitiana en distintas latitudes.

En varias oportunidades, el gobierno del vecino país prometió dotar de documentos a los cientos de miles de sus ciudadanos que viven de forma ilegal en República Dominicana. Al cabo de un tiempo, muy poco se hizo en la práctica.

La comunidad internacional debe entender que República Dominicana no puede asumir las consecuencias del descalabro ecológico, económico, social y político en que hoy día viven los haitianos, que como paradoja del destino su país fue el primero que proclamó su independencia en el concierto latinoamericano, el primero de enero de 1804, luego de una cruenta revolución contra el colonialista dominio francés.

LenerRenauld, canciller haitiano que a los pocos días de tomar posesión del cargo se reunió con su homólogo dominicano Andrés Navarro y prometió un trabajo mancomunado con sus vecinos dominicanos, ha cogido el escenario de la OEA para pedir una intervención en República Dominicana.

¿Reanudar el diálogo? ¿Para qué? Eso pide Renauld, reanudar el diálogo entre las autoridades de ambos países. Sucede que cada vez que se acude a la mesa del diálogo, a la hora de poner en práctica los términos acordados, las autoridades haitianas incumplen con la parte que les toca. Y, en honor a la verdad, así no se puede llegar a ningún acuerdo, pero mucho menos buscar soluciones a los problemas.

Lener Renauld dijo que el gobierno de su país está inmerso en el proceso de resolución de los problemas de la producción de libretas de pasaporte pendientes de emisión para los haitianos que residen en República Dominicana, tarea que a su juicio ha dificultado el cumplimiento de las responsabilidades haitianas en el proceso de regularización de sus nacionales.

“Actualmente estamos trabajando en el proceso de estructuración de un documento de identificación nacional -una especie de cédula de identidad- con el propósito de emitir el documento a la mayor brevedad posible a aquellos haitianos que apliquen en el Plan de Regularización en la República Dominicana”, subrayó.



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