La palabra retiro no existe en el diccionario de los atletas profesionales. Ninguno quiere reconocer que todo tiene su final.
Fíjense en los pobres ejemplos que dieron las ex estrellas dominicanas Sammy Sosa y Pedro Martínez, quienes decidieron irse sin ni siquiera hacérselo saber a sus más fieles seguidores en un acto público, como acostumbran hacerlo las estrellas estadounidenses. He colocado a Martínez junto a Sosa debido a que transita por la misma ruta de irse en silencio.
Nadie puede hacerse la ilusión que Pedro retornará, ya que si no se preparó para tirar este año, mucho menos lo va hacer para el próximo. Otro de esa época que debe ir pensando en marcharse es el toletero Manny Ramírez, quien ha visto descender bastante sus registros ofensivos, y no es verdad que el próximo año va a conseguir un contrato de lujo.
En 2009, el dominicano logró amarrar bastante bien a los Dodgers con un pacto de US$45 millones por dos años. Durante ese tiempo Manny apenas ha participado en 165 juegos, debido a la suspensión por 50 partidos del año pasado por consumo de esteroides y diversas lesiones.
Su rendimiento se ha desplomado estrepitosamente, ya que en 2009 sólo disparó 19 jonrones y remolcó 63. Este año apenas tiene ocho vuelacercas y 39 empujadas.
Manny sabe que jamás, con esa pobre producción, va a conseguir un contrato decente , y con el orgullo que tiene no le va a firmar a nadie por cheles.
Otros jugadores dominicanos que consiguieron buenos salarios y por descender bastante en su producción necesitarán sacudirse rápido para no irse a un retiro forzoso son Pedro Féliz, Edwin Encarnación, Luis Castillo, Julio Lugo, Dámaso Marte y Miguel Batista. Todos han gozado de una carrera aceptable.
