La nación se derrumba, y los políticos atando cabos para sus negocios

La nación se derrumba, y los políticos atando cabos para sus negocios

La nación se derrumba, y los políticos atando cabos para sus negocios

Porque:… El intimidar para silenciar,
Es común en las dictaduras.

Es tiempo perdido, los consejos
De un idealista a uno que es
Ciego, sordo y mudo.

Las brumas producidas por la falta de liderazgo; la carencia de ordenes o directrices claras que emanen del poder superior; la percepción casi generalizada, con excepción de los políticos que se encuentran gobernando y de los pobres padres de familia acogotados en el clientelismo “Solidario” y el sórdido sentimiento de desamparo que se respira en el ambiente, donde la fiabilidad de los “líderes-políticos-empresarios” es rastrera, hacen ensombrecer el panorama de manera tal, que solo desesperanza se ve y parece ser nuestra compañera.

El gran Emperador y Filosofo Marco Aurelio, sentenció; “La acción es la única verdad” pero, ¿qué se puede esperar de una claque que proclamó la salvación del país desde una óptica izquierdista manipuladora y de confusa oratoria? que al llegar al poder renunció a los principios que le dieron origen como organismo político y peor aún, la negación total de las enseñanzas que prologaba su líder, del cual solo se recuerdan cuando necesitan engatusar a los infelices o pocos pensantes, con la finalidad de obtener su voto o ponerle su nombre a construcciones que de él haber estado presente, nunca se hubieran construido al precio oneroso e indolente, bajo empréstitos donde ya hasta los que no han nacido están cargando con una deuda cuasi impagable. ¿Qué se puede esperar?

No existe la acción redentora del mando para ponerle fin a este desastre institucional, donde la impunidad y el lucro de un grupo más reducido que los famosos 300 que “ellos” tanto denunciaron. No existe la intención de parar la pérdida de la soberanía nacional, no existe la directriz para hacerlo y mucho menos el discurso o el accionar. Hoy puedo decir, que una gran mayoría se siente desprotegida, tanto por los vándalos nacionales como los miembros de la tribu salvaje que nos invade.

No hay funcionario que reciba una llamada para coadyuvar en este problema, como también se dificulta la comunicación con los llamados a combatir el desgraciado narcotráfico. Nadie escucha, viven en su reino aislados y solo el marketing les interesa, porque antes de llegar a ser jefes, muchos consideramos que eran humildes pero no, en realidad, desde que llegan a los puestos o rangos, demuestran que nunca hubo tal humildad sinó, sumisión, una terrible falta de carácter y, por eso están hoy dirigiéndonos.

Mil seiscientos millones para las cajitas que elevan el ego de los políticos-funcionarios; mil doscientos sesenta millones de pesos más para los políticos que la JCE les donará para que hagan política a favor de los intereses del pueblo pero ninguno habla de las indelicadezas que se producen semana tras semana con el “negocito” de los combustibles, donde hasta espalderos son dueños de estaciones de expendio; y mucho menos, aparece la iniciativa para revisar o adecuar la indecente y abusiva ley que rige el mismo. Pero, mucho menos ninguno ha dicho esta boca es mía con relación a la problemática haitiana en el país, es como si todos estuvieran a una para repartirse esos votos.

Es como si estuvieran a una para no tocar esas teclas, porque todos hacen lo mismo. No creo que valga la pena poner ejemplos porque están a la vista de todos, como esa del Síndico de Constanza, que las autoridades del transporte hacen un estudio para poner el orden en menos de una docena de manzanas y engavetó el mismo, porque el pueblo no puede ver ese informe, debido a que si se implementa y si pone una calle de una vía, perjudica a fulanito que es colaborador en su campaña o no le va a gustar a perencejo ya que no le convendría. En tanto, quieren presentar a Constanza como una ciudad turística cuando el tránsito es un infierno, principalmente por los incontrolables y pobres padres de familia que se dedican al moto concho. De la invasión de ilegales ni hablar y mucho menos de la degradación de las tierras de cultivo. Definitivamente estamos ¡jod….os! ¡Sí señor!