La muerte de los ideales en “Diario poético”, de Di pietro

La muerte de los ideales en “Diario poético”, de Di pietro

La muerte de los ideales en “Diario poético”, de Di pietro

Alex Ferreras

“Diario poético” (SD: Editora Búho, 2014), el más reciente poemario de Giovanni di Pietro, es un solo canto de protesta, un canto a la desesperanza de lo que significa la existencia humana.

El poeta y escritor -el más influyente crítico de la novelística dominicana- siente que está en el umbral de sus días, en la recta final de la vida. Se propone trascender la fragilidad de su condición, ahora que entiende que está en el punto más alto de su desarrollo espiritual como hombre y como artista, el que antecede a su muerte. 

El poeta está a la altura de hacer un balance de su estadía en este mundo. Es de esa suerte que empieza a pedir cuentas, a veces en un tono agresivo y desafiante, a la ideología cristiana, base de la cultura occidental, una de las responsables de moldear en siglos la conciencia de los individuos:

“Si eres lo que dices que eres/ Con tanta fuerza en ti,/ Que mueves cielo y tierra / Astros, / plantas y estrellas”, dice, “¿Por qué todo este dolor en los hombres? / ¿Por qué tanta tormenta en su vida?”

Si bien se descubre frágil, él no se llama a engaños, sin embargo, ni se entrega a muletillas fáciles en busca de una respuesta a la tragedia de lo que ha sido su existencia. No por nada se rebela contra la falsedad y la manipulación que implican en gran parte las creencias: “Salí de un barranco / solo para caer en otro / Éste, aún más exquisito / Vivo los días vacío / de esperanzas / Ni en éste / Ni en otro mundo creo”.

El poeta se va directo al grano. No hay tiempo que perder, lo cual significa que busca poner en orden sus sentimientos e ideas antes de que se presente el momento.

Es aquí que entra en juego, desde el punto de vista técnico de los poemas, el uso de los procedimientos paralelos y las estructuras balanceadas, que paradójicamente, pasarían a ser, si bien inconscientemente, un grito, un reclamo por la falta de esa unidad y esa paz espirituales que jamás ha dejado de anhelar en su accidentada experiencia de emigrante por el mundo.

Semejante maniobra retórica le imprime ritmo y musicalidad a los versos, que hacen de su dolor, canto y poesía: “Este cuerpo que pesa / Este cuerpo tan pesado”, canta, “Este cuerpo que cae / como peso muerto / en las aguas de la vida. . .”.



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