El Congreso Nacional acaba de reconocer su incapacidad para modificar el Presupuesto general de la nación. En tal sentido será aprobado sin quitar una coma y con las partidas inicialmente aprobadas por el Poder Ejecutivo.

De nada sirvieron las escaramuzas y los escarceos de diversos sectores de la vida nacional, incluidas las carteras que solicitaban un aumento de las partidas, como lo planteaban el sector de la Justicia, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el área de Salud y la Junta Central Electoral.

Un argumento sin sentido, y para no entrar en aguas profundas, lo ofreció el Poder Legislativo a través de la Comisión de Seguridad Social del Senado, para no modificar el Presupuesto General de la Nación.

Sencillamente la razón fundamental es que no hay condiciones para modificarlo. Una vez más lamentamos esta pobre justificación, ya que no iban por ese camino las expectativas que se habían cifrado los sectores que demandaban una mayor partida presupuestaria.

Hay sectores que, luego de ser aprobada la pieza, podrían tener una reasignación de partida, pero todo queda a la discreción del Presidente de la República y la discrecionalidad que tiene en la administración de los fondos debidamente aprobados por el Congreso Nacional, algo que debe ocurrir en el transcurso de los próximos días.

Esa última esperanza queda.