La Mesa de la Mediación

La Mesa de la Mediación

La Mesa de la Mediación

Alexis Rafael Peña.

No es lo mismo la Mesa de la Mediación que la mesa de almorzar. La de almorzar cuenta con  los utensilios y un suculento alimento según el gusto de las personas, elemento que suple una necesidad, necesidad que a toda persona le es necesaria para sostenerse, alimentarse y estar vivo.

Esa mesa de alimentarse puede ayudar a que las personas en un escaso tiempo para dialogar sobre temas coloquiales si es que el celular de cada integrante de la mesa lo permite. El celular en el compartir de la familia se ha convertido en integrante que sin ser una persona, influye en la convivencia de la persona y en la comunicación.

Es por esta razón que entendemos que la mesa de la Mediación y la mesa de almorzar son diferentes. La Mesa en la Mediación tiene un interés muy marcado, lograr que las personas participantes interactúen sin interrupciones. Para esos fines, la persona mediadora informa a las partes una de las reglas, es apagar o colocar en vibración al referido aparato electrónico.

Después de otras reglas explicada por la persona mediadora en su discurso de apertura, las personas participantes conversan en una mesa redonda compuesta por 3, 4, 6, 8, 10, 12, 14 sillas o más, según las personas invitadas a la Mesa de la Mediación.

La Mesa de Mediación se convierte en la mesa de la conversación, que en sus inicios puede estar muy cargada de expresiones gestuales y palabras fuera de contexto. Pero es el lugar en donde las personas se apoyan para colocar sus manos, objetos, libretas, lapiceros y tomar apuntes de las palabras pronunciadas.

Además, con o sin intensiones participantes en pleno planteamientos la utilizan para tocar como apoyo, a sus sentimientos, lagrimas, emociones, encantos y sonrisas. Pero, a la vez, suelen golpear como mecanismo de expulsar iras que vienen circulando en su organismo desde los comienzos del conflicto por lo cual está sentado en la Mesa de la Mediación.

Es en esa Mesa que la gente piensa y plantea sus necesidades, opciones, propuestas y la que permite realizar la mediación, la negociación y desde nuestro punto de vista, la confianza de que se lograra salir del conflicto de manera definitiva. En donde visualizando el futuro y las consecuencias de no lograr un consenso, se reflexiona hasta mas no poder, con el objetivo de llegar a un compromiso mutuo que de ambos lados se han comprometido cumplir.

Para mí la Mesa de Mediación es la mesa de la convivencia, fraternidad, de la tolerancia, de la oportunidad, de la paz, de la armonía, del compartir, de asumir compromisos; de suplir cariño, afectos y alimentos a las personas menores de edad y adultas mayores.

Es la Mesa de la Paz en donde como personas y a través de la palabra, las personas persiguen construir un espacio de reflexión, desde la cual saldrá un producto que permitirá a todos los presentes si excluir a nadie, lograr lo que en años ni en ningún tribunal se ha construido: La Familia como persona.

La persona pertenece a una familia, no existe una persona que tenga una familia. Todo ser humano desciende de una familia. Por el hecho de ser persona, he pensado que somos todas unas familias. Seres que razonamos, pensamos, comprometemos y compartimos diferentes que otros seres vivos, los animales.

La Mesa de la Mediación es el espacio en donde esa persona es familia. Ninguna persona mediadora ni las partes pueden descartar en ningún sentido esa razón de ser persona. La Mediación con su Mesa nos permitió detectar esa característica básica del ser humano: La Familia.

La Mesa de la Mediación es redonda, característica que permite a todas las personas no importa color, raza, clase social o formación persona; para conversar en torno a sus discrepancias y a la vez, les permitió solucionar sin judicializar sus conflictos.

De modo que, démosle mayor importancia a la Mesa que nos apoya y veneremos a las personas que si asistencia, no existiría la Mesa de la Mediación.



Alexis Rafael Peña Céspedes

Periodista, abogado y mediador certificado.

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