La mayoría de los linfomas son curables o controlables

Los linfomas son un tipo heterogéneo, diverso y amplio de cáncer que afecta mayormente al sistema linfático.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 450.000 casos de linfomas se detectan al año, a nivel mundial, destacándose que la mayoría de estos son curables o controlables, siendo el diagnóstico temprano esencial para mejorar el pronóstico del paciente.

Las estadísticas son claras e indican que los linfomas son más comunes en zonas de mayor desarrollo como Europa y Estados Unidos; sin embargo, en República Dominicana se diagnostican cerca de 199 casos al año, de los cuales resultan 120 muertes anualmente.

De acuerdo a las explicaciones de la hematóloga argentina, Victoria Otero, del Hospital Italiano de Buenos Aires, los linfomas son un tipo heterogéneo, diverso y amplio de cáncer que afecta mayormente al sistema linfático, el cual se encarga de defender al organismo contra agentes externos. Sin embargo, es común que se vean afectados otros órganos.

Pruebas esenciales

Entre las pruebas de detección, la especialista destaca que el primer paso es el examen físico completo con historial médico del paciente según sus síntomas y factores de riesgo. Luego de esto y según lo detectado, se procede a una biopsia del grupo ganglionar afectado o de otras áreas anormales detectadas, así como análisis de sangre para determinar la condición y el funcionamiento de los diferentes sistemas.

Otros estudios son las imágenes como la tomografía axial computarizada o el ultrasonido de abdomen para revisar el bazo e hígado.

Origen de la enfermedad

La enfermedad suele originarse en un subtipo de células sanguíneas (glóbulos blancos) llamadas linfocitos, cuando estos sufren cambios en su ADN, dichos cambios hacen que los linfocitos no mueran o se reproduzcan descontroladamente.

Victoria Otero explica que se dividen en dos grandes tipos según la presencia de la célula de Reed Stenberg: Linfomas no Hodgkin (LNH), que pueden clasificarse según sean de crecimiento lento o rápido, siendo los más comunes los que se forman a partir de células B grandes como los linfomas difusos y los foliculares; y el Linfoma o enfermedad de Hodgkin que suele presentarse en la edad adulta temprana (entre los 20 y 29 años) o después de los 55 años.

Atención a los síntomas

Otero  cuenta que el tejido linfático se ubica a lo largo de todo el cuerpo, por lo que los linfomas pueden aparecer en los ganglios del cuello, amígdalas, regiones inguinales, el bazo e hígado, la médula ósea, entre otras áreas menos frecuentes.

Agrega: «Sus síntomas varían según el lugar donde se ubique. Inicialmente, pueden confundirse con los de otras enfermedades, pero si persisten por más de dos semanas, por lo cual se debe consultar al médico».

Aumento de volumen constante e indoloro de ganglios en cuello, ingles y axilas, fatiga inexplicable, fiebre sin causa aparente, sudoraciones excesivas, principalmente de noche, pérdida de peso inexplicable y disminución del apetito son algunas de las señales de alerta.